No a la invasión de Venezuela
Cualquier acción de orden militar extranjera que se vaya a ejecutar en Venezuela debe ser rechazada inmediatamente por todas las naciones del mundo, independientemente de que estén o no a favor del Gobierno de Nicolás Maduro.
El gran “defensor” de la democracia y la libertad en el mundo, Estados Unidos, tiene ya diseñado un plan sobre Venezuela: apoyar un golpe militar, financiar una insurrección armada o una intervención directa como lo hicieron en Irak, Libia, entre otros países, a finales del siglo XX.
La administración del presidente Trump constantemente ha reiterado que todas las opciones están sobre la mesa, incluso la invasión armada.
Si Venezuela fuera un desierto, sin ricos recursos mineros e hidrocarburíferos, a EEUU no le interesara que hubiese democracia o dictadura en ese país suramericano. Claro ejemplo es Haití, donde la pobreza, desigualdad social y los golpes de Estado son el pan de cada día, y a Washington le interesa poco o nada lo que acontece en la “Petite Afrique”.
Pero como el país llanero concentra reservas de petróleo más grandes que Arabia Saudita y otros países del Golfo Pérsico la situación cambia radicalmente.
La única solución pacífica a la crisis que vive Venezuela pasa por la negociación y el diálogo político entre las partes en conflicto, como piden México, Uruguay, Bolivia, El Vaticano y las Naciones Unidas. Esa es la posición legítima, legal y aceptable en la que deben trabajar los países y no alentar intervenciones militares.
Editor de Mundo de Los Tiempos
Columnas de ALFREDO JIMÉNEZ PEREYRA