Bolivia, sede del Mundial de Fútbol
La campaña para las elecciones generales ya está tornándose grotesca. La semana pasada, un candidato propuso armar a las mujeres para combatir la violencia (WTF!). Poco antes, otro postulante prometió declarar feriado todos los 21F. Otro presidenciable aseguró que el museo de Orinoca sería una cárcel, la más grande y moderna de la región. Todo un “mame”.
Y como no podía ser de otra manera, el presidente (supremo y eterno, dirán algunos) Evo Morales salió a la palestra a proponer, nada más y nada menos, que Bolivia sea subsede del Mundial de Fútbol 2030, junto a Argentina, Paraguay, Uruguay y Chile, cuatro naciones que se adelantaron y presentaron su postulación sin nosotros.
Parece que está en proceso una seria competencia entre los postulantes para ver quién presenta la propuesta es más descabellada e inútil. La promesa de Morales es la muestra más clara. Más de 350 millones de dólares costaría el estadio comprometido para postular a la subsede, según el video oficial, costo que se duplicaría o triplicaría porque podrían construirse hasta tres estadios. Es decir, más de mil millones de dólares en estadios, sin contar otros costos de participación que sin duda elevarían la cifra a montos de locura. La propuesta de Morales es de campeonato.
Hoy, el Sistema Único de Salud (SUS) anda apenas, la educación está por los suelos, el país no está vertebrado por caminos, no tenemos soberanía alimentaria. Pero, tranquilos, podemos tener Mundial.
Editor de Política de Los Tiempos
Columnas de NELSON PEREDO