Bolivia y la brecha digital
Hoy, 17 de mayo, se celebra la decimosegunda edición del Día Mundial de Internet. Es una jornada dedicada a la evaluación, análisis y reflexión sobre el enorme impacto que Internet y las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) están teniendo en todas las actividades de la sociedad humana actual.
Este año, el comité impulsor, compuesto por organizaciones sin fines de lucro de reconocido prestigio, decidió que la edición 2019 tuviese como tema central "El papel del Internet para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)".
Lamentablemente, ese tipo de reflexiones, a pesar de lo importantes que son, en nuestro país suelen resultar opacadas por una realidad que no mejora con el transcurso del tiempo. Es que con cada año que pasa, la brecha digital, la que separa a los países según el nivel de su asimilación de las nuevas tecnologías, no deja de crecer.
En efecto, los más recientes informes sobre el tema indican que Bolivia se aleja cada vez más de los países vecinos en cuanto a la cantidad y calidad de las conexiones a Internet. Y si bien durante el pasado año nuestro país abandonó el último lugar del ranking latinoamericano, el dato sirve como pobre consuelo pues eso no se debe a que haya habido alguna mejora sustancial, sino a que el deterioro del servicio en Venezuela fue tan grande que ese país pasó a figurar como el que peor servicio ofrece a su población.
Tan negativa tendencia,no es fácil revertir por múltiples motivos o factores ajenos a la voluntad y capacidad de las empresas del sector, sean públicas o privadas. La configuración geográfica del territorio nacional y la relativa pequeñez del mercado interno son algunas de las dificultades.
Sin embargo, y a pesar de ello, también cuenta la falta de eficiencia y eficacia de algunas de las principales iniciativas. Basta recordar, por ejemplo, que hace ya casi tres años se anunció, en medio de gran expectativa, un acuerdo entre Bolivia y Perú para el tendido de una conexión de fibra óptica que uniría nuestro país con los cables del océano Pacífico. Con es fin, se informó sobre la creación de una subsidiaria de Entel en Perú y se fijó un plazo de un año para la conclusión del proyecto.
Otros ejemplos de lo dicho son el satélite Tupac Katari o la planta ensambladora de computadoras, inversiones que a pesar de lo cuantiosas que fueron no tuvieron los resultados esperados.