La otra cara de la urea de Bulo Bulo
Como si los motivos para cuestionar la decisión gubernamental de montar la planta de urea en Bulo Bulo no hubieran sido por demás suficientes, un reportaje publicado en las páginas de este matutino ha confirmado que a los ya conocidos argumentos se debe agregar uno más: la directa relación entre ese fertilizante y el proceso de transformación de coca en cocaína.
La sospecha sobre tan delicado asunto no es nueva. Como es fácil recordar, fueron muchas las voces entendidas en la materia que, desde un principio, alertaron sobre esa posibilidad. Hubo incluso quien llegó a sostener que sería esa la explicación del empecinamiento con que se decidió emplazar la planta en el centro de la principal zona productora de coca y no en un punto más próximo a los mercados legales, como hubiera sido lo más racional.
Tales advertencias fueron en su momento desoídas como si sólo fueran fruto de un exceso de suspicacia. Hasta que la contundencia de los hechos terminó por despejar cualquier duda al respecto.
En efecto, así lo indican recientes reportes del Grupo de Investigaciones de Sustancias Químicas (Gisuq) de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) según los que, en recientes operativos de interdicción, halló bolsas de urea en los laboratorios de cristalización de la pasta base de cocaína.
Según los datos disponibles, la contribución de la urea al negocio de la coca-cocaína representa toda una revolución productiva pues va desde la etapa de la preparación de los terrenos donde se plantan los cocales, por sus cualidades fertilizantes, hasta su transformación en pasta base por su alto contenido de amoniaco, una de las sustancias necesarias para la elaboración de la pasta base y su cristalización.
Que así sea no es sorprendente. Hace ya un año, en mayo de 2018, la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Onudc), publicó un informe en el que se incluía la urea y el amoniaco entre los precursores de la cocaína.
A las ventajas que su composición química le da a la urea y al amoniaco, sobre otros precursores, se suma su carácter legal y de uso masivo, lo que hace imposible el control e interdicción de su comercialización, como ocurre con otros ingredientes para procesar pasta base de cocaína. Lo que por otra parte se refleja en una disminución de los costos del proceso productivo y sus obvios efectos multiplicadores sobre uno de los sectores más dinámicos de la economía nacional.
Mientras tanto, todos las demás cifras sobre la planta de urea de Bulo Bulo, las relacionadas con actividades legales, son cada día más rojas.