¿Tecnología en manos femeninas?
Hace poco, Cochabamba fue sede del séptimo conversatorio Niñez360º Diseñando el futuro: la ciencia y tecnología en manos de las niñas.
Su objetivo fue articular iniciativas sobre niñas, adolescentes y mujeres jóvenes en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés), para liberar su potencial y contribuir al desarrollo económico y social del país y así reducir la brecha digital de género.
Entre los hallazgos se pudo ver que la incursión de las mujeres en las carreras de tecnología todavía es reducida.
Solo tres de cada 10 investigadores del mundo son mujeres, cifra que evidencia disparidad y desigualdad de oportunidades. En América Latina, sólo una de cada 10 mujeres graduadas elige una especialización en ciencias o tecnología, y una vez que ingresan al mercado laboral, sólo una de cada tres investigadores es mujer de acuerdo con un estudio del BID. En Bolivia, en 2015 había 37.000 estudiantes mujeres de 91.000 estudiantes matriculados en carreras STEM, y sólo 1.500 lograron graduarse, según datos de la Agetic de 2018.
Durante el conversatorio habló Ángeles Cortesi, fundadora de LOBO un Think + design + transform studio enfocado en el diseño y desarrollo de ecosistemas de innovación. Cortesi dijo que el futuro no se puede predecir porque no existe y la única predicción indiscutible es que la tecnología siempre avanza, y aunque no se puede predecir, sí se puede diseñar.
Insta a pensar que el recurso más valioso no es el petróleo sino los datos porque estamos viviendo en un mundo VICA: volátil, incierto, cambiante y ambiguo, por lo que es imperativo saber cómo reconocer, entre la marea de datos, cuáles de ellos son valiosos y cuáles no; por eso el atinado conocimiento de las STEM se vuelve imperativo.
Además de otras oradoras que mostraron el panorama de las STEM, estuvieron muchachas que con sus elocuentes mensajes, están demostrando que el horizonte puede cambiar. Entre ellas Alina Santander, de 19 años, quien ganó varios concursos organizados por la NASA y comentó que su acercamiento a las ciencias fue gracias a su sueño de ser astronauta, ella dijo: “podemos hacer que Bolivia tenga un espacio en el espacio”.
Pamela Zeballos, de 23 años, e ingeniera de sistemas afirmó que está muy feliz con su carrera porque cada día siente que tiene superpoderes porque puede crear y cambiar cosas.
Los grandes llamados a estimular la ciencia en sus hijas, son por supuesto, los padres de familia. Deben ser los primeros en colaborar con el cierre de esta brecha y dejar los “roles de género” de lado. Si tu hija quiere ser astronauta o ingeniera, dale todo tu apoyo.
La autora es magíster en comunicación empresarial y periodista
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER