Investigar en educación
Javier Murillo, de la Universidad Autónoma de Madrid, ha dado “Una mirada a la investigación educativa en América Latina a partir de sus artículos”. Los resultados se han publicado hace poco en la Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación (REICE 17/2 2019). Llama la atención que los investigadores del Estado Plurinacional de Bolivia no aparecen en esa mirada.
El autor ha revisado más de mil artículos publicados en los últimos tres años en revistas académicas latinoamericanas de impacto. Las revistas indexadas constituyen un instrumento de comunicación importante de los investigadores.
Una revista indexada es una publicación periódica de investigación que denota alta calidad y se encuentra registrada en alguna base de datos de consulta mundial. Para estar en ellas se requiere cumplir con una serie de indicadores de calidad.
Existe un claro desbalance en la región en relación con el país de procedencia de los investigadores que han publicado. El 75% de los artículos procede de Brasil, México y Chile. La producción académica de algunos países es preocupantemente escasa, dice el autor. De los más de mil artículos de estudios empíricos de educación en revistas de América Latina analizados, no se ha encontrado ningún artículo firmado por investigadores de Bolivia, El Salvador, Guatemala, y Paraguay. La cuarta parte restante de los artículos corresponde a autores del resto de países.
Hay tres áreas muy relacionadas entre sí que tienen la preferencia de los investigadores: el aprendizaje y desempeño escolar (Lectura, Matemáticas y Ciencias, principalmente), la profesión docente (formación, características, competencias, creencias y conocimientos) y las estrategias de enseñanza (currículo y prácticas). Cerca de 400 artículos han abordado estos temas.
Llama fuertemente la atención que la investigación educativa en América Latina está centrada en la Educación Superior (más del 40% de los artículos). La Educación Primaria (20,6%) y Secundaria (18,1%) ocupan la atención en proporción inferior. Es extremadamente preocupante el poco interés por la Educación Infantil: solo 35 investigaciones de las más de mil se centran en este nivel. Lo cual lleva a pensar que las prioridades pudieran estar invertidas.
El propósito de este comentario es volver a insistir en la importancia de producir conocimiento para la educación en nuestro país. Es preocupante que no aparezcan investigadores bolivianos en más de mil artículos de revistas serias de la región, pero no indica que en el país no se investiga. No es eso lo que pretendo inferir, porque sería injusto con el esfuerzo de producción académica que se realiza en los ámbitos universitario, privado y oficial.
Me atrevo a formular una invitación a alguno de esos centros académicos, universidad Pedagógica, facultades de Humanidades y Ciencias de la Educación, a realizar un estudio similar de la producción boliviana en educación, indexada o no, para conocer con evidencia qué ocurre en el campo de la investigación de la educación en Bolivia.
De seguro que podrán encontrarse insumos importantes para repensar la política pública en la materia. El interés no es puramente académico, está en la valoración de la capacidad de la investigación educativa para impactar en las políticas públicas, para construir la agenda del debate y promoverlo con argumentos fundados en evidencia. Se trata de investigar para proponer.
Eso requiere apoyo decidido a la investigación y la profesión investigadora. ¿Qué porcentaje de la importante proporción del PIB que tiene la educación se destina a la investigación? No pude obtener los datos, pero a la vista de los productos, la necesidad de apoyo sustantivo es evidente. Requiere también una clara apuesta por la carrera investigadora, reto pendiente en las universidades, así como apoyo para la difusión del conocimiento en revistas de alta calidad.
El autor es doctor en Ciencias de la Educación
jorge.riverap@tigomail.cr
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