Unión Europea, un edificio que se mantiene fuerte
En los últimos años, la solidez política de la Unión Europea (UE) se ha visto en una seria dificultad, observada con mucha incertidumbre desde el plano informativo y periodístico. Hace poco estuve en un Diplomado de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, en el cual un profesor dijo que si bien la UE es un ente de cooperación a nivel global, sus intereses de cooperación siempre estuvieron enfocados en las necesidades de sus países miembros, y que si bien la UE tiene ciertas características históricas e ideológicas que son compartidas por todos sus Estados miembros, nunca perdió de vista la pluralidad ni la descentralización, que son las que impulsan la cooperación al desarrollo, una cooperación muy efectiva. Se entiende, por tanto, que, al ser la UE mucho más práctica por estar construida sobre necesidades materiales comunes de todos sus países, y no sobre la melancolía romántica de una ideología, se mantenga, si no sólida, sí al menos viva hasta nuestros días.
Es más; las incertidumbres ocasionadas por los populismos y los modernos ultranacionalismos no han podido marchitar, al menos no del todo, el espíritu de unidad que subsiste todavía en muchos de los países miembros de la UE.
En los últimos días, los ministros de Economía de la Eurozona, han determinado medidas que se irán implementando gradualmente, y que ayudarán a los países vulnerables en los aspectos energético, comercial y financiero. Los tintes euroreticentes se están viendo menoscabados, a Dios gracias, debido a un renacimiento del espíritu paneuropeo, promovido últimamente por Dinamarca, Suecia y Finlandia.
Hace poco se celebró una cumbre en Malta, en la que se reafirmaron ciertos principios de la UE, como el cuidado del medioambiente y la lucha contra el cambio climático y el apoyo a los países del África en lo relativo a la migración. Esto reforzó los lazos de unidad y reactivó la esperanza de los países que aún creen que la integración de la zona del euro es vital para el progreso material.
Morgenthau está más vivo que nunca.
Licenciado en Ciencias Políticas.
Columnas de IGNACIO VERA DE RADA