Generar emociones para aprender
Estos días asistí a un taller de coaching educativo dictado por Javier Bolaños Alonso, en la Universidad Privada Boliviana. Este taller estaba basado en técnicas para generar emociones con el fin de mejorar la enseñanza-aprendizaje. A continuación, quiero compartir algunas de estas técnicas:
1.- Generar sensación de pertenencia. Se puede lograr esto si los estudiantes sienten que son parte de la programación del curso, la forma de llevarlo adelante y su reglamento. Dos consecuencias de esta planificación en conjunto serán una mayor disciplina y una mejora en su atención. Todos tratarán de colaborar en el avance y la dinámica de clases para lograr el objetivo trazado.
2.- Utilizar un lenguaje potenciador. Muchos profesores tienen el lenguaje enfocado en las fallas del estudiante, lo que reduce su autoestima y su seguridad, además lo hace rebelde para escuchar al docente. Esto crea un aula de indisciplinados o gente poco motivada para aprender la materia del profesor. Otros crean miedo en sus clases y temporalmente sirve para que estudien, pero ¿qué pasa cuando el estudiante ha perdido el miedo al maestro? Enfocarse en aspectos positivos como el reconocimiento de destrezas y habilidades ha demostrado a través de la neurociencia tener una mejor influencia en el aprendizaje, la atención y la memoria de largo plazo (Chai, Hafeez y otros, 2017).
3.- Utilizar la comunicación no violenta (CNV). Muchos nos comunicamos con palabras que generan culpa en el otro, o frases que lo juzgan negativamente o provocan en el otro una reacción negativa. Es importante decir lo que uno cree o siente, pero asertiva y pacíficamente. De esta manera el estudiante podrá comprender lo que se le quiere transmitir.
4.- Moverse para motivar a la creatividad. Largos periodos de clase son tediosos y no mantienen la atención para el aprendizaje. Es bueno cortar la clase en diferentes partes para mantener la atención y sobre todo la creatividad utilizando actividades grupales u otros entre medio de la clase teórica.
5.- Es importante transmitir la pasión por la materia. Si el profesor muestra pasión por su materia seguro que trasmitirá este sentimiento a sus estudiantes. Muchas veces el maestro comparte su experiencia, su vivencia, lo que ha descubierto y lo relaciona con la materia. Esta relación hace que el aprendizaje se base en la pasión del profesor y su capacidad de utilizar lo que enseña teóricamente. El entusiasmo es contagioso.
La aplicación de estas (y otras) estrategias estimularán una mejor conducta en aula, la motivación para aprender y memorizar a largo plazo. Si estamos buscando cómo mejorar la enseñanza-aprendizaje, tratemos de incluir emociones como la seguridad, la alegría, la admiración y la curiosidad, entre otras a nuestra clase. Una buena clase ayuda al bienestar tanto del profesor como de los estudiantes.
La autora es PhD en economía internacional
Columnas de KATHYA CÓRDOVA POZO