Saltos hacia adelante y atrás
Hace 50 años, un 20 de julio, el hombre llegó a la Luna y el astronauta Armstrong dijo que dio un pequeño paso al avanzar sobre la superficie lunar, pero que la humanidad dio un gran salto.
Hace 13 años Bolivia saltó de un modelo de gobierno a otro, y muchos tuvieron la esperanza de un cambio. Este espacio temporal puede parecer menor, si se compara con el aniversario espacial, pero para la historia reciente de Bolivia, no es poco, ya que se esperaba reformas útiles en el área de la salud.
Sin embargo ésta es la más deteriorada y ha alcanzado un pico inaudito cuando hace poco ha comenzado la propagación del arenavirus, del que no se sabe si se trata o no de una variedad nueva.
Para determinar la variedad se ha enviado una muestra al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Atlanta, Estados Unidos y el resultado final se conocerá en siguientes días.
Es irónico que las muestras se hayan enviado hasta el “imperio” como llaman algunos políticos ese país de América del Norte. Y mientras en el imperio se celebra el avance científico, en Bolivia estamos fuera de órbita.
El virus se ha presentado en el norte de La Paz, porque la deforestación brutal en los llanos orientales ha provocado que los ratones portadores del virus migren hacia esta zona y a esto se suma la matanza indiscriminada del jaguar, que, entre otras presas, es posible que se haya alimentado de estos roedores.
Al panorama se añaden dos aspectos, el primero es que no hay un control de vectores en el área donde se infectó el paciente cero, y si no se sabe o no se ubica el lugar donde están estos vectores (ratones) no se puede informar a la población que se tiene todo bajo control.
El segundo tiene asidero en datos proporcionados por la NASA, que informan que la deforestación en Bolivia se elevó en un 167% y el país se encuentra entre los 10 que más deforestan en el mundo.
Los chaqueos para habilitar tierras para ganadería y agricultura son las razones que aceleran la pérdida de bosques. A esta calamidad se suma que, hace poco, el Primer Mandatario ha modificado el DS 26075 para permitir el desmonte y así ampliar áreas de producción de ganaderos del Beni y también aprueba la quema controlada de acuerdo a reglamentación vigente.
La medida es estúpida. Si ya nos llenábamos de humo en agosto, el aire ahora será irrespirable, más ratones huirán a La Paz y la pandemia estará lista para arrancar. Todo por un manejo irresponsable y prebendalista de tierras vírgenes. Bolivia ha dado un salto, pero hacia atrás.
La autora es magíster en comunicación social y periodista.
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