Artista, independiente y con visión crítica

Se puede decir que, en Bolivia, todos los artistas o casi todos son independientes, pero aparentemente no todos lo saben.

El Estado boliviano parece ser el menos enterado. Los artistas y gestores en el país producen y crean su trabajo, generalmente con recursos propios, viajan mostrando sus obras, generalmente, gracias a las invitaciones y gestiones que reciben de los países que los invitan. Eso trae muchas ventajas, la más importante es la libertad de expresión y creación.

Pero también trae desventajas, es decir que se hace más difícil producir y circular con el arte nacional, pero además se encuentra a los creadores en un desamparo en cuanto a seguridad social.

En Bolivia no existen políticas culturales que apoyen e incentiven la creación de los artistas. Normalmente cuando el Estado solicita o paga por el trabajo de los creadores, la condición es que este arte se muestre de forma gratuita, quitando valor al trabajo artístico, porque sí, es un trabajo y tiene valor, por eso debe cobrarse cuando se exhibe o se abre a un público.

Los actuales intentos de legislar la labor de los artistas van totalmente en contra de lo dicho anteriormente. Y cuando aparecen programas e incentivos, como Intervenciones Urbanas, que son plausibles, los artistas, aunque no todos, se abstienen de ser críticos ante estas medidas que aparecen de forma esporádica y levantan sospecha, ya que su existencia se da justo en medio de campañas electorales.

De todas maneras, un programa como Intervenciones Urbanas le hace bien al arte y cultura del país y ojalá que iniciativas como ésas se conviertan en una política pública.

Ojalá también que los artistas que aún no lo saben se enteren de que son independientes y, por lo tanto, su visión crítica es un compromiso con su trabajo y el de sus colegas, además de ser uno de los motores fundamentales del arte.

Editora de OH! y Lecturas de Los Tiempos