Un artículo sobre “las ratas”
Que escriba un artículo sobre las ratas, es la sugerencia. Espera un rato, respondí, qué ratas. Las ratas en espacios públicos. Ah, las ratas rateras. No, las ratas de verdad. Ah, ratas, en sentido literal, las ratas-ratas. Bueno, las ratas o las ratas-ratas, pero es que literal o metafóricamente hablando, funciona para ambos: hay ratas en la universidad, ratas en las plazas, ratas en los mercados. Están en todo lado, se las ve a cada rato, ratas en oficinas públicas y en palacio, y nadie hace nada. Verificado y ratificado. Se ha incrementado el índice de ratalidad. Las ratas de dos patas, de Paquita la del Barrio. Ratas que metieron dientes y unas en el Fondo Indígena, en las mochilas escolares, en el Banco Unión, en el Uelicn, en los municipios, donde disponen de cargos. Ratas grabadas en audios. Todo es un ambiente ratonil, cotidianidad donde la imagen innata de los roedores se superpone y deprime. Ratas que acudirán a las urnas, guiadas por un flautista de Hamelín para elegir a las ratas que no mueren ni con raticida, que se reproducen y que siguen elevando el índice de ratalidad. Ratas que royeron varios artículos de la Constitución y que buscan conservarse 20 años el poder. Ratas pasajeras, que no estarán mucho rato (muchos votos no tendrán). Ratas en redes que se insultan, se dicen masi-ratas, democ-ratas. No faltarán prefijos para otras siglas. Ratas que meten garras al erario público para utilizarlo en propaganda política. Ratas que aceptan retos electorales en ritos que luego son rotos, que dejan reglas rotas y alteran las rutas para habilitar candidatos. Ratas que escriben artículo como éste y ratas que miran de palco, para pasar el rato.
Fe de ratas: Sí, sí, buena parte de estos chistes fueron sustraídos (como vulgar ratero), de Los Luthiers. Verificado y ratificado.
Editor del Observador. Económico de Los Tiempos
Columnas de LUIS FERNANDO AVENDAÑO