¿Estaremos listos para el tren metropolitano?
En pocos días, el tren metropolitano de Cochabamba inicia sus pruebas en su ramal más corto, la línea roja, que va desde la estación Santa Antonio, vecina de La Cancha, hasta la Facultad de Agronomía de la UMSS. Y las obras civiles de las tres líneas, sus múltiples paradas y otras instalaciones avanzan a ritmo sostenido desde hace dos años. El primer tren precisamente el de las pruebas está siendo ensamblado ahora mismo. Hasta marzo de 2020, es decir en seis meses más estarán aquí los 11 otros trenes del sistema.
Todo ese afán evidencia que el moderno sistema de transporte masivo estará en marcha en menos de un año.
Mientras, y casi desde hace el mismo tiempo que arrancaron las obras, habitantes de los barrios por donde pasará la ferrovía, ingenieros, transportistas y otros interesados por diversos motivos reclaman, observan critican, vaticinan desastres y emiten otros augurios con una periodicidad irregular e intensidades variadas.
Y es muy probable que continuarán haciéndolo hasta el día mismo en que el tren metropolitano inicie sus operaciones, es decir en once meses más. Entonces esos 12 trenes estarán circulando por los 40,37 kilómetros de sus tres líneas. Y en cada parada, al menos en las horas punta, llegando a cada parada con una frecuencia que seguramente no excederá los 20 minutos.
En sus tres vagones, cada tren tiene la capacidad de transportar 376 personas de acuerdo, con las especificaciones del fabricante. Actualmente, las docenas de minibuses que prestan el servicio de transporte público de pasajeros en los tramos que cubrirá el tren metropolitano circulan llenos o casi llenos.
Esos mismos pasajeros utilizarán el moderno sistema de transporte masivo y cada vez que un convoy se detenga en una de sus paradas sus cinco puertas se abrirán de manera automática y cientos de personas saldrán de los vagones y otras los abordarán en un flujo incesante. Algunas caminarán hasta su destino final, otras tomarán algún minibús para completar su trayecto.
En algunas paradas de Cochabamba ese tumulto de pasajeros puede llegar a magnitudes que, como están las cosas, provocarán un caos de proporciones.
Todo ello creará una dinámica de circulación peatonal en la que hasta ahora parece que nadie ha pensado. Y menos las alcaldías que son las directas administradoras de las vías públicas.
¿Será que las autoridades municipales, directas responsables del tema, están esperando septiembre de 2020 para organizar el espacio urbano de manera que esos desplazamientos masivos de gente fluyan de manera ordenada?