Aceptamos Bitcoin
Cuando el Bitcoin (Btc) nació, se esperaba que fuera una alternativa a problemas de hiperinflación, políticas económicas fallidas y control financiero. El tiempo se ha encargado de que así sea, allá donde hay una necesidad, el Btc está para ser la solución, no sólo como un medio de intercambio para pagar bienes y servicios, sino también para mantener el valor de un activo y proteger los ahorros frente a los desastres económicos.
Venezuela es un país cuya política de control financiero y la intervención del Estado en la economía ha provocado un cataclismo que está provocando dolor en los venezolanos. Consciente de esto, después de desmantelar el aparato productivo y devaluar el Bolívar a nivel de considerar dicha moneda un mero papel impreso, Maduro optó por lanzar el Petro (Ptr) que, para los expertos, ni siquiera puede ser considerada criptomoneda, sin embargo, ha sido utilizada bajo dicha denominación para financiar la tiranía y blanquear capitales, de esta manera, se está introduciendo a los venezolanos al ecosistema digital.
Pero los venezolanos no confían en el tirano ni en sus billetes, por eso optan por intercambiar en otras criptomonedas. Para agosto de 2019, según el portal de compra LocalBitcoins.com, Venezuela ocupaba el primer lugar en compra de Btc a nivel regional, y a nivel mundial, compite con compradores de Estados Unidos, Reino Unido y Rusia. Es que la debilidad de la moneda venezolana frente a cualquier otra provoca optar por una cripto. Se especula que serían comerciantes asiáticos los que están comprando criptomonedas, otros dicen que son funcionarios del régimen que están lavando dinero de la corrupción, o tal vez sean ciudadanos de clase media–alta con acceso a internet que están protegiendo sus ahorros y patrimonio; también se habla de comunidades en redes sociales de jóvenes no bancarizados que están usando YouTube y otros medios para informarse sobre las formas de adquirir, comprar y vender “satoshis”. A partir de 2017, año en que se acelera la hiperinflación, también se acelera el uso de criptomonedas y criptoactivos en Venezuela. En enero de 2019 llegó a Táchira el cajero de la empresa colombiana Panda BTM para el cambio de Btc y Dash a bolívares y pesos colombianos, la demanda provoca estas acciones.
Dash ha invertido 800 mil dólares para posicionarse en el país caribeño, reconociendo que es su segundo mercado a nivel mundial. En enero de 2019 el portal venezolano ALnavío reveló que 2.573 tiendas en Venezuela, desde grandes firmas como Movistar, Subways y Papa John’s, hasta pequeños negocios, aceptaban Dash como forma de pago.
Las criptomonedas posicionadas en el CoinMarketCap, están compitiendo por la preferencia y confianza contra proyectos nacionales como AndesCoin, OnixCoin, RilCoin, ArepaCoin, BolivarCoin, LKRCoin, proyectos reunidos en torno a la Federación Blockchain de Venezuela, todavía son pequeños pero con ganas de seguir adelante.
Los argentinos también están tomando en cuenta esta alternativa, que más que alternativa parece ser una solución para escapar del “cepo cambiario”. Estas crisis provocan la popularidad de esta tecnología, además de evitar cualquier tipo de regulación, supervisión, aprobación burocrática del sistema financiero tradicional. Esta libertad financiera es lo que atemoriza a los gobiernos que están buscando no solo regulaciones, sino prohibiciones. Sin embargo, el Btc sólo obedece a la oferta y la demanda, no necesita protección nacionalista, no puede ser intervenido ni eliminado totalmente. Necesitamos adaptarnos, conocer, informarnos y divulgar estos medios tecnológicos por el bien de la libertad económica de elegir que tienen los seres humanos.
El autor es representante del Instituto Libertad, Capitalismo y Empresa (ILCE)
Columnas de LUIS CHRISTIAN RIVAS SALAZAR