Jóvenes confían menos en los partidos que en la Policía
Mañana, 21 de septiembre, es el Día del Estudiante y de la Juventud, condiciones que van parcialmente juntas y que se celebran en esa fecha por una evidente relación con el inicio de la primavera. Una ley sancionada por la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) en febrero de 2014, y promulgada en septiembre de 2014, “declara el 21 de septiembre de cada año como el Día Plurinacional de la Juventud en Bolivia”.
La misma ley establece que juventud “es la etapa del ciclo vital del ser humano que transcurre entre el final de la adolescencia y la condición adulta, comprendida entre los 16 a 28 años de edad”. Los bolivianos en esas edades representan el 29% por ciento de la población del país, es decir, casi uno de cada tres, de acuerdo con las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística, en base a los resultados del censo de 2012.
¿Y cómo son esos jóvenes que mañana festejarán su día? Una investigación realizada en 2017 por el Instituto para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA) Internacional, y cuyos resultados fueron divulgados ayer, revela aspectos cuyo interés cobra una importancia especial ahora, cuando faltan 30 días para las elecciones generales del 20 de octubre. El estudio se basa en una encuesta aplicada a jóvenes de 16 a 30 años en las cuatro mayores del país: Santa Cruz de la Sierra, El Alto, La Paz, Cochabamba, y las capitales departamentales de Tarija y Beni.
Uno de esos resultados mide, en una escala del 1 al 100, la confianza que tienen los jóvenes en las instituciones. Y en esa medida, las únicas que obtienen un puntaje mayor al 50% son la Iglesia, 59, y los medios de comunicación, 57.
Los partidos políticos ocupan el rango más bajo en la confianza que otorgan los jóvenes a las instituciones, su puntaje es 35. La Policía, 36, y los tribunales de Justicia, 37, tampoco son confiables para ellos.
Las instituciones del Estado no inspiran mucho más crédito. La APL y el Tribunal Electoral alcanzan apenas a un puntaje de 41. Y el Gobierno, 46, es menos confiable que la alcaldía, 50.
Ese triste panorama de la confianza que tienen los jóvenes en nuestras instituciones probablemente se replica en las percepciones de los bolivianos adultos.
Y cabe preguntarse en qué universo electoral estaban pensando los adultos que conciben las estrategias de campaña y formularon las propuestas de gobierno de los partidos que pretenden nuestros votos el 20 de octubre.