Bolivia país de mercaderes
Llegaron en tropa, cubiertos de trapos azules y metiendo chacota. Había saltimbanquis, bufones, tránsfugas, exguerrilleros; expertos en torturas, esos que sirvieron de asesores a las aborrecidas dictaduras militares, y para engrosar la manada, seis federaciones de cocaleros.
Se apoderaron del poder en nombre del proceso de cambio, un cambio que era necesario, pero no al precio que estamos pagando. Dijeron ser socialistas, pero pronto se les cayó la careta, y ahora a nadie le cabe duda, se trata de una banda de corruptos que llegaron para enriquecerse.
Recurrieron a todo tipo de triquiñuelas para permanecer en el cenit. Manipularon laconstitución que ellos mismos elaboraron y hasta desconocieron los resultados del 21F de 2016, cuando la mayoría les dijo NO, un referendo que le costó millones al pueblo. Disfrutan de las mieles del poder, se burlan del pueblo y se creen insustituibles. Sus leguleyos hacen con las leyes, lo que cada ciudadano común hace, después de descargar sus tripas. Le meten nomás lo que manda el caudillo, él dice que sus picapleitos han estudiado para eso.
La mentira, la lujuria, el nepotismo y el abuso entre otros males, son los valores en los que ellos se apoyan. Si de desvirtuar se trata, no hay quien les haga frente.
Tienen como vicepresidente a un matemático, ese que sostiene que 90 x 3=180 o que 200.000 x 4 es un millón. No solo eso, es también experto en predicciones siniestras, amenaza a los más ingenuos con hacer desaparecer los astros, si no los re-re-reeligen de nuevo.
El dueño de la tropa es un vendedor de humo con aires de paladín y defensor de la madre tierra, ese que le ha causado más daño a la Pachamama que todos los presidentes juntos. Ese que firmó lo que sus tinterillos le elaboraron, para que acto seguido sus huestes, le prendieran fuego a la Chiquitania. Ese mismo amenaza con planeta o muerte, y para colmo de colmos, espetó ante la ONU en Nueva York que hay que renunciar al lujo, al lucro y al consumismo; pero en lo más profundo de su hipocresía, disfruta de las mieles del codiciado capitalismo. Tiene su avión privado, su helicóptero privado, su museo privado, su palacio privado y porque no decir su harem privado y se etiqueta como un aficionado en quinceañeras.
Señores, bienvenidos al mundo de Alicia, el país de las maravillas pintado de azul; en el cual todo es puro cuento, patraña y embuste. Donde los mercaderes venden humo e ilusiones. Humo que se difumina e ilusiones que se desvanecen. Ese país llamado Bolivia; donde los niveles de pobreza, hacen que sigamos siendo el más pobre de Sudamérica, muy pero muy cerquita de Haití.
El autor es instructor de adultos
Columnas de RUBÉN CAMACHO GUZMÁN