De Mao a Xin Jinping pasaron 70 años de la RPC
El pasado 1º de octubre se celebró el 70º aniversario de la fundación de la República Popular China (RPC), proclamada en la plaza Tiananmen por el legendario Mao Tse Tung, tras vencer en la guerra civil a su rival nacionalista Chiang Kai-shek. Mao expresó en esa célebre ocasión: “China al fin se ha puesto de pie, nunca más será humillada". Aunque las protestas en la ex colonia británica de Hong Kong amainaron en algo los festejos, esos incidentes no disminuyeron la importancia del evento en ese gigantesco país poblado por más de 1.400 millones de habitantes.
Tras la histórica visita a Beijing en 1972 del presidente Richard Nixon y de su Secretario de Estado (Canciller) Henry Kissinger, la RPC recuperó el asiento que le correspondía como miembro permanente con derecho a veto en las Naciones Unidas y con su nueva legitimidad se insertó en la comunidad mundial. Atrás quedaron los miles de años de dinastías imperiales y de sucesivas ocupaciones territoriales por potencias extranjeras. Los dos últimos casos (Macao y Hong Kong) fueron debidamente atendidos, ambas regiones ahora integran la RPC.
Desde el histórico aforismo de Deng Xiaoping "no importa el color del gato con tal de que sepa cazar ratones" pronunciado en momentos de crisis tras el estrepitoso fracaso de la Revolución Cultural, la RPC inició un período de pragmatismo político con progresiva apertura hacia el exterior y hacia las economías de mercado, lo que le ha brindado espectaculares tasas de crecimiento en las últimas décadas, transformando cualitativamente al milenario dragón del Oriente. Pasada la era de Mao y una vez fallecido éste, los líderes principales del cambio cualitativo chino han sido Deng Xiaoping, Jiang Zemin, Hu Jintao y Xi Jinping, actualmente al mando. Ellos produjeron la metamorfosis para que una sociedad campesina obnubilada por bolsones de pobreza pase a encontrarse entre las naciones más poderosas y de mayor crecimiento, al mismo tiempo que dotó a su población de mejores condiciones de vida. Asimismo, la RPC cuenta hoy con sofisticadas fábricas de alta productividad y un sorprendente liderazgo en algunas áreas de alta tecnología.
El Partido Comunista Chino (PCC) que gobierna autoritariamente al país ha tenido la habilidad de incorporar personas aptas para ocupar puestos de responsabilidad. Se creó así una clase de funcionarios preparados y eficientes. Es por eso que el PCC cuenta con una buena base de legitimidad, aunque no exista democracia plena. Y no es para menos, logró transformar al milenario país en una potencia universal.
Hay problemas y los habrá. Por otro lado, la RPC enfrenta en estos momentos el embate de la "guerra comercial" impulsada desde Washington por Donald Trump. Asimismo, persiste una tensa situación geopolítica en el Mar Meridional y el tema de Taiwán (o de "las dos Chinas") sigue sin resolverse. Empero, pienso que surgirán soluciones constructivas para esos escollos. Si bien Rusia y la RPC se han aliado para contrarrestar el poderío norteamericano, es un hecho que la gama de intereses económicos existente entre la RPC y EEUU es intensa; ello contribuirá en la búsqueda de acuerdos y no exacerbará los conflictos de la hora. Un sólido intercambio entre partes siempre ha sido semillero de la paz y creo que así será en la relación sino-estadounidense.
La RPC cumplió 70 años y mira orgullosa al resto del planeta. Tiene razones para hacerlo, aunque persisten problemas. Cabe destacar -para concluir esta breve reseña- que mediante su comercio e inversiones globales la RPC coopera con muchas naciones emergentes, Bolivia entre ellas.
El autor es economista y politólogo
www.agustinsaavedraweise.com
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