Decálogo del buen periodismo de Presencia
Gritar al mundo periodístico, y particularmente a la sociedad, que la verdad, la responsabilidad y la ética son las armas más poderosas que tienen un periodista y un medio de comunicación para hacer un buen periodismo no es tarea fácil. Mucho menos practicarlas. Pero al mismo tiempo son vitales para tiempos oscuros que vive esta noble profesión de servicio, y la crisis global que vive la humanidad ante los rebrotes medievales neofascistas y neonazistas, particularmente en Europa y Estados Unidos. Aunque Brasil no se quedó atrás con un presidente que nació del y para imponer el oscurantismo.
Por lo menos así nos da a entender los principios y valores periodísticos profesados desde 1952, por el histórico periódico paceño “Presencia”, en su última publicación titulada “”Presencia, una escuela de ética y buen periodismo” (2019). Sí, un libro que reúne un poco la historia de este medio católico, los mejores y más críticos artículos y editoriales publicados, además de ponerle la pluma a reconocidos periodistas que le dieron vida “eterna” a un periódico verdaderamente periódico. Este bellísimo libro lo encontré en la Feria Internacional del Libro Cochabamba 2019, y lo primero que hice fue leerlo personalmente, aunque reconozco que sigo en ese proceso, y leer muchas páginas a mis estudiantes de periodismo en la Universidad Católica Boliviana (UCB) regional Cochabamba.
¿Qué dice el decálogo? Primero, Presencia nació para gritar una Verdad, y las verdades no siempre agradan a todos; segundo, Presencia no agradará a los pesimistas que creen que vivimos la hora veinticinco, porque en sus columnas gritaremos el mensaje de fe, esperanza y amor al cristianismo; tercero, Presencia no agradará a los conformistas que defienden privilegios sociales, porque diremos que las condiciones de vida actuales son injustas, antihumanas y anticristianas; cuarto, Presencia no agradará a los politiqueros, porque no hallarán la crónica en que campean la calumnia y se mancillan dignidades; quinto, Presencia no agradará a los sin Dios, porque esperaban verse atacados en la forma como lo hace la otra prensa, y no con la exposición serena y clara de una doctrina que los supera; sexto, Presencia no agradará a los permanentes compañeros de todos los gobiernos, porque en sus columnas no encontrarán el aplauso fácil e irresponsable a los que gobiernan; séptimo, Presencia no agradará a las señoras de nuestras altas esferas sociales, porque voluntariamente omitimos la página de sociedad; octavo, Presencia no agradará a las jovencitas y jovencitos que pululan en nuestras avenidas, porque a razón de nombre y apellido, en su pequeños cerebritos prima la antítesis de Presencia – Ausencia de ideal, ausencia de todo; noveno, Presencia no agradará a los católicos dormidos, porque ella demuestra que el verdadero católico es el centinela siempre alerta y vigilante que cuida la integridad de su Iglesia y lucha, porque sus principios informen al mundo de fe y amor; décimo, Presencia no agradará a mucha gente, pero sí a pocos: los que no son indiferentes a la expresión de la Verdad.
Este imponente, valiente y honesto decálogo de “Presencia” debería ser practicado por todos los medios de comunicación y periodistas de Bolivia, y del mundo.
El autor es comunicador social y docente universitario
Columnas de MIGUEL GARCÍA A.