Cuando se escribe sobre el hecho antes de que suceda
La campaña electoral que concluyó el jueves pasado, salvo para el binomio inconstitucional que ha seguido beneficiándose entregando obras por todo el país, ha sido una de las menos creativas de las que he sido testigo, pero, las elecciones de hoy son una de las más trascendentales porque está en juego el futuro del sistema democrático que en 1982 comenzamos a construir en Bolivia.
Por las exigencias del medio impreso tuve que mandar al periódico este artículo el día viernes; por tanto, escribí sobre las elecciones antes de que éstas se realicen. Con esa limitación y las cartas echadas, hoy, domingo, los ciudadanos, hombres y mujeres, tenemos la obligación y el derecho (combinación que endulza la obligatoriedad de votar) de emitir nuestro voto para la elección de los próximos Presidente y Vicepresidente del Estado, senadores, diputados plurinominales y diputados supranacionales, marcando debidamente en la franja superior sobre la candidatura preferida y, en la franja inferior, al diputado uninominal de la circunscripción en la que vivimos. Así, se puede votar en ambas franjas por la misma organización política u optar por el voto cruzado: en la franja superior votar por una opción y en la inferior por otra.
Debemos hacerlo sin haber podido contrastar las propuestas y liderazgos porque por el interés del gobierno y la sumisión del Órgano Electoral Plurinacional (OEP) se han puesto todas las cortapisas posibles para evitar la confrontación de ideas. Ha sido indignante la forma en que el candidato inconstitucional eludió el debate democrático y cómo nos hemos tenido que resignar ante esa actitud. Han quedado en el olvido los debates presidenciales que organizaban la Asociación de Periodistas de La Paz, junto a otras entidades del gremio, y la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB). Tal vez otro sería el cuento si esas instituciones convocaban a sus tradicionales debates y dejaban vacía la silla de quien no acudiera al evento. Empero, más pudo el engreimiento presidencial, reforzado por la experiencia que atravesó su compañero de fórmula en un debate entre vicepresidenciales en el que fue derrotado, y tuvimos que contentarnos con algunas entrevistas en las que el entrevistador, hombre o mujer, brillaba más que el entrevistado, que parecía estar más bien en un interrogatorio.
Sin embargo, precisamente por las distorsiones reseñadas y con la esperanza de superarlas en el futuro, debemos esforzarnos para no desaprovechar la oportunidad de elegir una de las opciones y no desperdiciar nuestro voto votando en blanco o anulándolo. Mucho está en juego para ir por ese camino, pues dependiendo de los resultados que se obtengan hoy el país transitará hacia un mayor autoritarismo o más bien hacia recuperar el sistema democrático.
En este sentido, conviene recordar las reflexiones que la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) ha hecho con este motivo. Los obispos afirman que “no podemos desconocer que acudimos a estas elecciones en un clima de desconfianza (…) por el temor de una posible manipulación del proceso electoral. Esta situación nos mueve a pedir que todos los electores acudan a las urnas, para ejercer su deber y su derecho, sin ninguna presión, política, social o económica. Que nadie se sienta coaccionado por actitudes intransigentes e intolerantes, como amenazas, imposición de consignas colectivas, obstáculos para el conteo de votos y promesas de prebendas”.
Explican que las “elecciones, base del sistema democrático, se fundamentan en el respeto al voto personal, secreto y libre de cada ciudadano, por eso deben llevarse a cabo de forma transparente y bajo el estricto control de los veedores internacionales, los jurados electorales, los partidos políticos y los mismos electores, a fin de que se acate estrictamente el resultado de las urnas, en el respeto a la decisión soberana del pueblo boliviano”.
Acudamos, pues, a nuestro recinto electoral para votar por alguna opción, asumiendo la decisión de convertirnos en vigilantes de que el voto ciudadano sea respetado, de manera que se anote en las actas lo que se vea en las urnas.
El autor fue director de Los Tiempos entre 2010-2018
Columnas de JUAN CRISTÓBAL SORUCO QUIROGA