La séptima década de Evo
Su Excelencia está por cumplir 60 años. Será este 26 de octubre y lo que sucederá hoy determinará su estado de ánimo para su celebración. De cualquier manera, él acaba de decir que entrar en una nueva década le produce vergüenza. Lo cual puede dejar estupefacto a cualquiera. Aunque, claro, estamos acostumbrados a los sinsentidos en las declaraciones del Presidente que quiere eternizarse en el mamotreto que acaba de mandarse construir.
Uno podría pensar que fue un lapsus linguae, Quiso decir otra cosa, porque para empezar, proferir semejante absurdo en período electoral invita a querer interiorizarse hasta neurológicamente en cómo puede funcionar un cerebro para procesar tal idea. Tiene que haberle costado algunos votos entre los electores de esa franja etaria, a nadie le gusta que le digan que su condición natural es algo que da vergüenza.
Cumplir sesenta años, empezar la séptima década de la vida, puede significar mucho. Es sin lugar a dudas un cambio importante. Es la edad en la que mucha gente se jubila, la edad en la que quienes se casaron jóvenes se convierten en abuelos, (con la consiguiente chochera). Es la edad en la que definitivamente, y sin lugar a dudas, ya no se es joven.
Ya no se tiene el ímpetu de antes, pero es también la edad cuando la experiencia puede convertirse en sabiduría. Y sí, yendo por ahí, es posible que sea la edad de la vergüenza. En el sentido en el que uno puede ver para atrás y avergonzarse de todas las tonterías o cosas peores que hizo por culpa de la juventud.
Desde la próxima semana, el presidente Evo podrá cobrar su Bonosol. Perdón… su “Bono Dignidad” , que es lo mismo, pero con otro nombre. Sólo que el Bonosol de Goni lo cobraban quienes tenían más de 65 años, y en especial las personas del campo. Les servía el dinero llegado en bloque para, por ejemplo, comprarse una vaquita y tener leche, o unos pesitos, cada día. El problema con ese bono es que siendo universal, también lo reciben quienes no lo necesitan. Y no deja de ser dinero del Estado que podría ser mejor utilizado.
Vayamos al caso de Evo. Desde la próxima semana, él podrá recibir el famoso bono, (ojo, eso es legal, no como su candidatura). Pero él está ganando un sueldo mensual de más de tres mil dólares. Tiene un patrimonio que lo hace un hombre de clase media pudiente. Tiene unas expensas que le da el Estado que son incalculables, pero que posiblemente lleguen a varios millones de dólares al año. No parece muy racional, ni muy justo.
Por supuesto que hacer racional la distribución de este bono va a ser casi imposible. Si alguien quisiera suspenderlo para los pudientes, tal vez terminaría tan vapuleado como Lenin, (el de por acá). El absurdo del Bonosol universal es una herencia del gobierno de Goni. Pero en estos 14 años este no solo ha sido consolidado, sino agrandado con la disminución de la edad de acceso a ese beneficio.
De cualquier manera, podemos decir que nuestro presidente ha ido envejeciendo en el cargo. Me puedo imaginar cómo ha ido cambiando su rutina en sus cortesanos partidos de fútbol. Cómo han ido dándose los recambios entre los miembros de su equipo que gana siempre, y cómo hay nuevos protocolos internos para darles un gusto al “caibito”. Desde el punto de vista deportivo, ese espectáculo fue siempre penoso. Pero ahora debe estar yendo camino a un grotesco total.
Y sin embargo, la vejez no necesita tener nada que ver con vergüenza. Más bien con cierta tranquilidad, con cierta sabiduría, con la comprensión de que, por ejemplo, el poder político es y debe ser efímero, porque si no, corrompe. ¿Se avergonzará algún día Evo de haber violado la Constitución?
El autor es operador de turismo.
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