Urresti y Tica Colque siguen vivos
No son días ordinarios, la ciudad está convulsionada y ante el anuncio de la llegada de sectores afines al Gobierno vuelven a la memoria del cochabambino dos nombres: Christian Urresti y Juan Tica Colque. Pido a sus familias que me permitan mencionarlos en este artículo de opinión.
Han pasado 12 años desde el 11 de enero de 2007, cuando grupos de la ciudad se confrontaron contra personas del campo. El racismo y la ira tomaron las calles de Cochabamba y se cobraron dos vidas que no se olvidarán jamás.
En estos días de violencia tuve una conversación con mi mamá, quien me dijo con preocupación: “Ellos siguen vivos en nuestra memoria, porque no creo que nadie quiera que eso vuelva a pasar”.
La frase estuvo en mi mente todo el día y pensé que tiene toda la razón: están vivos, porque no hemos olvidado el contexto en el cual perdieron sus vidas. Sus muertes trajeron profundo dolor a Cochabamba y fueron el símbolo de un acontecimiento violento que no debe repetirse. La pregunta es: ¿hemos aprendido la lección? Aparentemente sí, aparentemente.
Los sectores movilizados en la ciudad los últimos tres días han pedido una “jornada de silencio”. Dejar que las agrupaciones que llegan hoy se movilicen, como está en su derecho, y evitar la confrontación. Durante este día, veremos si realmente estamos dispuestos a honrar la memoria de estos dos hombres respetando el derecho de protesta de quienes piensan diferente.
Los políticos que en aquel entonces motivaron la violencia siguen vivos, no sé si con la conciencia tranquila, pero al menos han podido abrazar a su familia muchas mañanas más. Urresti y Tica Colque ya no pueden hacer eso, pero siguen vivos y deben permanecer así para no olvidar jamás que la violencia sólo trae más violencia. No debemos olvidar que alguien nos espera y espera al otro en casa.
La autora es periodista de Los Tiempos.
Columnas de LORENA AMURRIO MONTES