La Bolivia oculta
Para las elecciones nacionales del 20 de octubre pasado, como es de conocimiento general, se presentaron nueve candidaturas, la mayoría con figuras conocidas dentro el ámbito político y muy contadas con nuevas figuras, el resultado de esta contienda electoral fue la del triunfo del partido oficialista en la primera vuelta, que vendría a consolidar la reelección de binomio oficialista en la Presidencia y Vicepresidencia por cuarta vez consecutiva.
Resultado muy controvertido y acusado de fraude, como que muchos especialistas en la materia y sobre todo en informática, mostraron fuertes indicios de manipulación del resultado final, al margen de las ánforas electorales que aparecieron en casas particulares, indicios que, aplicando la más elemental lógica, desvirtuaron ese resultado, como es el caso de Potosí.
Todo ello acarreó las justas protestas en los nueve Departamentos, las que dieron lugar a que el Gobierno convoque a una auditoría de estos comicios que, a la fecha, la realizan miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA). Innegablemente, el Gobierno tenía previsto todo ello, fue así que a las primeras protestas se las endilgaron a Carlos Mesa, acusándolo de provocar la violencia en el país; era de esperar que aparezcan los opositores como Tuto Quiroga, Jaime Paz, Doria Medina el mismo Óscar Ortiz, los miembros del MNR la UCS con Víctor Hugo Cárdenas, para los cuales tenía preparados los dardos y misiles archiconocidos como “la derecha”, “proimperialistas”, “vende patrias” “privatizadores” “racistas” y otros epítetos desgastados.
Pero lo paradójico, inesperado, desconocido, imprevisto y sorprendente es que aparece la “Bolivia oculta” compuesta por jóvenes, en su mayoría, que salieron a las calles en un número de miles, conglomerándose en plazas, plazuelas y calles cantando a viva voz estribillos y rimas algunos graciosos y otros que denigran a la familia del actual presidente, copando los comités cívicos tomando medidas radicales ejecutándolas militantemente, principalmente los bloqueos, convocando a cabildos que nos hacen recordar nuestro pasado republicano, tomando medidas concertadas y aprobadas por la multitud concentrada.
Estos hechos y personas no estaban considerados por los expertos asesores, espías, cuerpos de inteligencia del Gobierno, pues sus dardos envenenados, ponzoñosos destructores, ruines y malvados estaban preparados para los políticos ya conocidos y no para estos nuevos ciudadanos que sorprenden, que aparecen y que surgen de la nada, sin pasado que los acuse o señale, que se hallaban escondidos y vienen hoy a ser la” Bolivia Oculta”.
El autor es abogado
Columnas de RAFAEL G. JULIO QUIROGA