Cochabamba escribió una nueva página de gloria
En el referéndum del 21 de febrero de 2016 el pueblo boliviano rechazó la pretensión de Evo Morales de convertirse en presidente vitalicio vía su re-re-re-postulación indefinida. Frente a ello, lejos de reconocer su derrota, el ex presidente Morales con la complicidad de los magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional, protagonizó un golpe contra la Constitución dictando la sentencia (in) constitucional 084/2017, que habilitó ilegalmente el binomio Morales - Linera para las elecciones del 20 de octubre de 2019.
A partir de la dictación de dicha sentencia, el pueblo boliviano inició una serie de movilizaciones de protesta en la búsqueda de restituir la vigencia plena del art. 168 de la Constitución, suspendido en su aplicación por la mencionada sentencia ilegal. Es así que el 21 de cada mes se desarrollaron movilizaciones y otras demostraciones de protesta que paulatinamente fueron creciendo, a las cuales el ex presidente Morales hizo caso omiso y con la complicidad del Tribunal Supremo Electoral inscribió su ilegal candidatura tanto para las atípicas elecciones primarias como para las elecciones del 20 de octubre de 2019.
La indignación que causó el desconocimiento del voto popular del 21F desgastó al prepotente gobierno, tanto que las elecciones se presentaron muy difíciles para el binomio ilegal, por lo cual, Evo Morales decidió imponerse a través de un gigantesco fraude, inflaron el padrón electoral en los lugares donde tradicionalmente el MAS tenía buena votación, acarrearon votantes, hicieron votar a los difuntos, desarrollaron guerra sucia contra el candidato opositor mejor posicionado, manipularon las encuestas para hacer creíble los resultados de su fraude, obligaron a los funcionarios públicos y a los campesinos al voto consigna por disciplina sindical y la implementación de un equipo técnico para manipular el sistema durante los cómputos en el Tribunal Supremo Electoral.
Perpetrado el fraude y publicados los resultados fraudulentos, cundió la indignación ciudadana y Cochabamba declaró el paro general indefinido que, con admirable disciplina y firmeza se mantuvo inalterable hasta lograr la renuncia del gobernante fraudulento, no sin dejar víctimas fatales cuyo martirio lejos de atemorizar a la ciudadanía le dio mayor fortaleza.
Lo admirable de la resistencia ciudadana, particularmente en Cochabamba, fue su carácter pacífico. Una y cien veces el régimen evista provocó, insultó, atacó, quemó, usó la violencia, azuzó con mentiras y desarrolló una guerra psicológica de terrorismo que fue resistida con serenidad, firmeza y la convicción de que la causa democrática es justa y que la tiranía que buscaba perpetuarse era una herencia que no podíamos dejar a las nuevas generaciones. La admirable templanza del pueblo cochabambino logró el primer motín policial que posteriormente fue el hecho que inclinó la balanza a favor de las fuerzas democráticas.
Que nunca más se rían de “nuestros bloqueos con pititas”, porque con pititas y las consignas ¿quién se cansa? ¡Nadie se cansa! ¿Quién se rinde? ¡Nadie se rinde! ¿Evo de nuevo? ¡Huevo car…! la tiranía fue derrotada. Definitivamente, con la convicción de que es preferible “morir antes que esclavos vivir”, “Cochabamba probó tu heroísmo.”
El autor es abogado
Columnas de FREDDY CAMACHO CALIZAYA