Bolivia, un “moderno Vietnam”
Hace exactamente 10 años, a mediados de noviembre de 2009, el escenario político continental fue llevado a un punto de máxima tensión a raíz de una serie de amenazas hechas por Hugo Chávez sobre la posibilidad de desencadenar en Latinoamérica una “guerra continental”. Devolvió así actualidad a la famosa frase pronunciada por Ernesto Che Guevara en su mensaje a la Conferencia Tricontinental de 1966: “Crear uno, dos, tres Vietnam es la consigna”.
La amenaza chavista consistía, tal como fue planteada por Guevara en vísperas de su incursión en Bolivia, en crear focos de resistencia “antiimperialista” en diversos puntos del continente, como respuesta a un eventual derrocamiento del régimen venezolano.
Como parte del plan de resistencia a la “ofensiva contrarrevolucionaria” que Chávez veía venir, se difundieron profusamente las ideas centrales del mensaje guevarista: "Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos: atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite." Esa fue, por ejemplo, una de las frases con que el Che Guevara arengó a sus seguidores antes de venir a Bolivia a crear “un nuevo Vietnam”, y se destacaba en el manual de instrucciones que recibían los defensores del “Socialismo del siglo XXI”.
Muchos analistas políticos y periodistas minimizaron hace 10 años la amenaza chavista. Pero otros la tomaron muy en serio. Fue el caso de Marco Aguinis quien, en un amplio reportaje publicado en La Nación de Buenos Aires en noviembre de 2009 titulado “Se acercan las FARC”, contribuyó a entender lo que el caudillo venezolano tenía en mente cuando hablaba de una “guerra continental”.
La investigación de Aguinis dio abundantes elementos de juicio sobre la magnitud de un peligro que ya hace una década se cernía sobre nuestro continente en general, y sobre Bolivia en particular. Se refería a la intensa actividad que, socapadas por el régimen venezolano, y también por el boliviano, desarrollaban las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con el propósito de crear las condiciones de una ofensiva guerrillera que, como en los años 60, tendría a nuestro país como su principal foco de irradiación.
Diez años han transcurrido desde entonces y, como si un paréntesis de relativa paz y tranquilidad se estuviera cerrando, las amenazas de “vietnamizar” Bolivia adquieren espantosa actualidad.