Mamás con alas
Hay 2.400 niños, niñas y adolescentes, en Cochabamba, que viven en hogares de acogida, de ellos sólo el 17% logra reinsertarse a su familia. Los demás viven con familias sustitutas.
La mayoría proviene del maltrato y el abandono. Han presenciado asesinatos, feminicidios, o han recibido golpizas.
Fueron apartados de mamás violentas que lo único que conocieron en su vida fue la educación a golpes y por tanto han reproducido este esquema con sus hijos; o son madres alcohólicas, drogadictas o muy jóvenes, incapaces de cuidar a un bebé. No porque no quieran, sino porque no pueden.
Afortunadamente para estos niños inocentes y para estas mamás sin fortuna, existen las defensorías municipales de la niñez y adolescencia, y las organizaciones Compassion, Infante, Familias Adoptivas, Red por mi Derecho a Tener una Familia, Asociación de Hogares de Niños y Ancianos, Pastoral Social Caritas, Oficina de Proyectos para Bolivia, Aldeas Infantiles SOS, TIA Bolivia con el apoyo técnico de Unicef y el financiero de la Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo, que proporcionan familias sustitutas a los niños, con mamás temporales, que deciden acogerlos en sus hogares.
Ellas son mamás con alas, o dicho de otro modo, son ángeles que no necesitan de las selfies para volverse populares o ser tremendas influencers para ganar un viaje al Caribe y sentirse en el paraíso. Ellas ya lo tienen ganado, aquí en la Tierra, porque han decidido, gracias al enorme amor que brota de cada uno de sus poros, brindarles cobijo.
Así, por un tiempo viven rodeados de seguridad, confianza y tranquilidad. Luego vendrá la enorme tarea de hacer que retornen a su hogar. Si la mamá biológica no puede, porque no tiene los recursos, las instituciones harán lo imposible para que ese menor viva con algún familiar.
La tarea no es fácil porque hay familiares que prefieren que vivan en un sitio con comida y educación asegurada. Pero está demostrado que es mejor vivir en familia y no en un hogar de acogida. No porque éstos sean malos, sino porque el amor filial y el calor de un hogar es el sitio adecuado para el desarrollo de un ser humano.
Pocos entendemos el significado del derecho a crecer y desarrollarse en familia, porque lo damos por hecho. Sin embargo deténgase un momento y sólo agradezca porque tiene o ha tenido a su mamá, su papá, tíos, abuelitos, primos y hermanos. Dese cuenta cuán afortunado es. No todos lo son. Y cuando se dé cuenta, reparta ese tesoro durante las fiestas, llevando alegría donde no la haya. Hará feliz a un niño a una niña que quiere sentir ternura y amor.
La autora es máster en comunicación social y periodista .
Twitter: @MonicaBriancon
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