Dividamos las aguas
Lo ocurrido después del 21 de octubre ha sido una verdadera epopeya, una acción grande y pública, en la que han intervenido personajes heroicos con actitudes maravillosas que han movido a todo el pueblo boliviano. Hubo diferencias es cierto, la rebelión en el oriente boliviano despertó la conciencia y el alma de los bolivianos para reaccionar ante la dictadura y el oprobio de casi tres lustros. En La Paz y Cochabamba no hay movimientos cívicos que unan o dirijan, pero los inconformes sí tuvieron el coraje de enfrentar la dinamita, las balas y el ataque furibundo de quienes buscaban que permanezca el autócrata. Después de muchos días de angustia, incertidumbre y temor, se consiguió el objetivo de sacar del poder a quien con actitudes dictatoriales pretendía imponerse al pensamiento y al deseo del pueblo boliviano.
Viendo en perspectiva no hay duda de que ha sido un acto épico y que tuvo un final acorde con el sacrificio del pueblo .
Ahora corresponde que dividamos las aguas porque sino, corremos el riesgo no solo de enturbiarlas sino de no permitir que esta nueva época pueda culminar con el epílogo buscado de mantener la democracia con elecciones nacionales limpias y puras .
Se ha superado, por efecto del tiempo transcurrido, la época del civismo con la participación de todos los ciudadanos del país, no hubieron diferencias y viendo a la distancia, todos hemos sufrido y disfrutado de esos momentos tan especiales; ahora, entramos a un tiempo diferente, menos romántico y más bien práctico en extremo, que es el tiempo político, con sus propios derroteros, con su propia filosofía y volviéndonos a la realidad en la que debemos ver el futuro y actuar en consecuencia para decidir quiénes van a responsabilizarse de este .
No hay lugar para lo emotivo, para lo visceral, cuando se tiene que decidir a quién vamos a encomendar la construcción del futuro republicano de nuestra tan sufrida patria .
Somos conscientes, y la experiencia así lo confirma, de que hay muchos personajes políticos que nos envuelven en cantos de sirenas, o en atractivas propuestas que en la realidad son impracticables. Después de la épica experiencia de fines de octubre y comienzos de noviembre hemos aprendido que ser ciudadanos tiene mucho poder y ya no nos van a engañar o, mejor dicho, no nos vamos a dejar engañar y vamos a exigir propuestas que construyan en la realidad el futuro de Bolivia.
Ya superamos el tiempo de los nombres intocables, de los caudillos mesiánicos, ahora es el tiempo de los ciudadanos que quieren lo mejor posible para su país. No se van a aceptar componendas, arreglos con las mañas de siempre de la antigua república, que fueron superadas ampliamente por el Estado Plurinacional .
Estamos obligados a pensar en serio en el futuro, a exigir con pragmatismo que se encare el próximo proceso electoral con seriedad, para responder al sacrificio de un pueblo entero que se enfrentó a la violencia, para poder permitir que haya este acto electoral ratificando y profundizando la democracia .
Estamos obligados a dividir las aguas, ya ha pasado ese momento de civismo del que todos participamos y ahora se debe ingresar al tiempo político, en el que nuestra intervención es muy diferente, pero, cuidado, debemos estar muy atentos porque quienes finalmente decidimos, somos los ciudadanos.
El autor es abogado
Columnas de FERNANDO RODRIGUEZ MENDOZA