Recursos para la salud pública
El pasado jueves, durante la entrega durante la entrega de equipamientos e ítems en el Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Tarija, la presidenta Jeanine Añez dio al país una buena noticia: dijo que su gobierno había tomado la decisión de elevar al 10% del Presupuesto General del Estado el monto destinado al sector salud y que el incremento se financiará mediante la reducción de los montos destinados a otras áreas del aparato estatal.
El paso anunciado por Áñez puede ser visto como la culminación exitosa de una campaña que se inició hace ya casi cinco años, en abril de 2015, cuando el padre Mateo Bautista, un sacerdote muy relacionado con obras sociales de la iglesia Católica, puso en primer plano de la atención de la opinión pública nacional el tema de la salud pública.
Motivado por la angustia que le causaba su diaria relación con gente enferma, el padre Mateo inició una campaña para exigir que el Estado mejore el presupuesto que dedica a la salud de la población. Lo hizo sin prever la dimensión que con el transcurso del tiempo iría adquiriendo su iniciativa.
Para hacer sencilla su demanda, fijó en un 10% del total de los recursos administrados el objetivo a alcanzar. No lo hizo guiándose en cálculos aritméticos sino en el afán de graficar simbólicamente su demanda. Y el 10% como meta le pareció un número atractivo pues pocos días antes, el 16 de marzo de ese año, en una entrevista televisiva, al ser consultado sobre el porcentaje del presupuesto que su gobierno destina al sector salud, el Presidente Evo Morales afirmó que el objetivo de su gestión era llegar al 5%.
El razonamiento del padre Mateo Bautista fue muy sencillo. Dedujo, con toda razón, que si se invierte el 5% y es tanto lo que falta, llegar al 10% es necesario. Y así, el 10% se convirtió en pocos días en todo un símbolo de una de las demandas más sentidas por la población.
La reacción del gobierno de Evo Morales ante esa demanda fue de lo más desatinada. El Ministro de la Presidencia encabezó una feroz arremetida contra el padre Mateo y logró su objetivo inmediato, que era eliminar al sacerdote del escenario nacional. Lo obligó a abandonar el país, pero fue demasiado tarde, pues la campaña por aumentar a un 10 por ciento del Presupuesto General del Estado, los recursos destinados a la salud pública ya tenía fuerza propia. Tanto, que durante casi cinco años fue la lucha por un mejor presupuesto para la salud pública fue una de las vertientes de las que se nutrió la movilización ciudadana que llegó a su punto culminante en noviembre pasado.
Habrá que esperar que muy pronto el anuncio gubernamental se plasme en medidas concretas y no pase a ser otro motivo de frustración.