Contabilidad real de la pandemia
Pasado mañana, martes, se inicia la aplicación de pruebas rápidas para diagnosticar el Covid-19, la enfermedad provocada por el coronavirus SARS-CoV-2, nombre oficial del microorganismo aparecido a fines de diciembre de 2019 en Wuhan, China.
Hasta anoche, los casos de Covid-19 superaban los 1,2 millones en todo el mundo. Y en Bolivia sumaban 157, en ocho de los nueve departamentos.
Esas cifras seguirán creciendo en todas partes y, con toda probabilidad, aquí el aumento será muy significativo pues, como lo dijo hace pocos días el representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS-OPS) en Bolivia, en el país se han hecho pocas pruebas de diagnóstico, por lo que es posible que el número de casos registrados “no sea real”.
El jueves pasado, Bolivia recibió, de China, una donación de 20.000 kits reactivos para el diagnóstico rápido de infección por el nuevo coronavirus. “Desde el martes (7 de abril) estaremos empezando a aplicar las pruebas rápidas en dos niveles”, anunció el Ministro de Obras Públicas.
Las pruebas serán aplicadas a dos grupos de personas: aquellas consideradas sospechosas de tener la infección y las que tuvieron contacto con los infectados.
Entonces, el número oficial de casos confirmados de Covid-19 en Bolivia estará más cerca de ser real y las acciones sanitarias para frenar la expansión de la pandemia en el país podrán ser más eficientes y eficaces, pues, como lo afirmó el director general de la OMS, para combatir al virus es necesario saber dónde está. Y el virus está en las personas contagiadas. Al identificarlas se les podrá aplicar asistencia médica y, lo más importante, aislarlas para evitar que propaguen la infección.
Aunque esa medida ha demorado en ser aplicada, es un gran avance en la lucha contra la pandemia. Pero no sabemos si esa lucha podrá continuar con resultados positivos. Y no lo sabemos porque ignoramos la capacidad de nuestros hospitales, especialmente los del sistema de salud pública, los más numerosos y más grandes.
El Ministerio de Salud solicitó esos datos a los Sedes de todo el país en enero pasado, pero no obtuvo respuesta. El viernes un instructivo ministerial les ordena, bajo amenaza de sanciones, que “remitan información técnica en cuanto a la capacidad instalada y capacidad de expansión hospitalaria y requerimientos reales para la implementación de la contingencia para la atención del Covid-19”.
Ojalá que esa información esté disponible antes de que el número de casos confirmados crezca, al aplicarse las pruebas de diagnóstico como está previsto, y es de esperar que el Gobierno ejecute con prontitud las medidas necesarias para paliar las carencias que esos datos revelen.