No es solo la salud, es también la economía
Recientemente, el exministro de Salud, Aníbal Cruz, señaló que “en los próximos cuatro meses se registrarán 48.000 personas infectadas (con coronavirus) de las cuales 3.840 perderán la vida”, datos altamente alarmantes, principalmente para la población.
Por otro lado, de acuerdo con el reporte La Economía en los Tiempos del Covid-19, del Banco Mundial, se espera que el producto interno bruto (PIB) de Bolivia se contraiga en un -3,4% este año, aspecto atribuido al impacto del Covid-19 y la baja en los precios del petróleo. Los datos descritos muestran que el Gobierno tiene dos grandes prioridades que atender, la salud y la economía.
Respecto a la salud, la principal medida aplicada para evitar el contagio del Covid-19 fue la declaración de cuarentena a nivel nacional, de forma paralela se refuerza con insumos y equipos médicos a diferentes establecimientos de salud para poder atender de la mejor forma a las personas infectadas.
En lo que respecta al ámbito económico, se implementaron transferencias monetarias: bono familia y canasta familiar, con objeto de que las familias cuenten con ingresos para poder abastecerse y hacer frente a la cuarentena; asimismo, se dispuso el diferimiento de pagos de los créditos en el sistema financiero y la reducción del pago de servicios básicos (energía eléctrica, agua potable y gas domiciliario).
Si bien se aplicaron diferentes medidas para combatir el Covid-19, es preciso considerar lo siguiente: el campo de acción del Gobierno en el ámbito de salud es limitado, debido a que no se cuenta con una cura para la enfermedad. Por tal motivo, la acción del Estado debe centrarse, por un lado, en la prevención del contagio –para lo cual es necesario hacer más rígida la cuarentena– y, por el otro, continuar con el abastecimiento de insumos y equipos médicos a los diferentes establecimientos.
Es evidente que, pese a la cuarentena total establecida, existe incumplimiento a la misma, por dos motivos: el primero, subestimación de la amenaza del virus, y el segundo, razones de índole económica (ingresos de las familias). En relación al primero, se deben fortalecer las políticas de comunicación y concientización de la población, acompañado aquello de un mejor control por parte de la Policía Boliviana y Fuerzas Armadas. El segundo motivo representa un reto mayor para el Gobierno, debido a que si suponemos un escenario donde todas las familias cuentan con los ingresos suficientes para subsistir en este periodo de cuarentena, no tendrían la necesidad de salir de sus hogares, excepto para abastecerse, pero esta no es la realidad.
En este sentido, el debate continuo durante esta pandemia debe centrarse también en la esfera económica, misma que se constituye en un verdadero reto para los responsables políticos. El objetivo es reducir al mínimo posible la cantidad de contagios (consecuentemente las muertes), para lo cual la cuarentena es la mejor medida de prevención. Entonces, las acciones deben desincentivar a las familias a salir de sus hogares (lo que ya se va aplicando al establecer sanciones), y establecer políticas para mejorar los ingresos y disminuir el gasto, considerando a un sector importante, el empresariado privado.
El autor es economista
Columnas de IVÁN ISRAEL MACHICADO QUIROGA