En este tiempo de responsabilidad compartida
Según el control elaborado por el Ministerio de Salud, existen 68 municipios, de los 339 que tiene Bolivia, con calificación de alto riesgo y quienes vivimos en ellos deberemos mantener restricciones mayores de movilidad, trabajo y actividad económica. Tenemos que radicalizar nuestro cuidado, individual, familiar y comunitario.
El contagio es personal y las consecuencias son sociales y en este compromiso, las autoridades, policías y militares no deberían hacer nada. Experiencias como las de Taiwán, Costa Rica, Nueva Zelanda, Uruguay, muestran que el camino es la responsabilidad individual y colectiva.
Hay 271 municipios que están en las categorías de rango medio (152) y moderado (119). Ellos tendrán menos restricciones, y cumpliendo las medidas de precaución: distanciamiento social, uso barbijo en lugares públicos, no tocarse la cara, sus habitantes tendrán menos limitaciones para el trabajo y las actividades cotidianas.
En este tiempo, reitero, encontramos cuatro fortalezas sociales que pueden ayudarnos a facilitar la acción colectiva. Esas fortalezas, por sí solas, no resolverán el problema de la pandemia, pero si las utilizamos de manera inteligente, nos ayudarán grandemente.
Una de ellas es la Participación Popular, que reconoce, organiza y canaliza la energía de la gente a través de acuerdos desde el territorio y con objetivos superiores. Eso no es distinto a la capacidad de movilización social durante el carnaval, durante el incendio de la Chiquitania, cuando se declaran huelgas generales e indefinidas o nos organizamos con las pititas, solo que en esta oportunidad, es por la vida.
Tenemos 339 municipios/gobiernos locales sobre los que se organiza la estrategia de acción, asumiendo la calidad de base del ordenamiento territorial.
Llegamos a tener funcionando, hasta hace 14 años atrás, 86 mancomunidades municipales que rearticularon el territorio fraccionado y facilitaron las relaciones para encontrar soluciones conjuntas. Están esperando su reactivación.
Y existen en Bolivia 51 ciudades intermedias –en el rango poblacional entre 20.000 y 100.000 habitantes– que pueden servir de base para articular la totalidad del territorio y llegar con servicios a toda la población. En torno a esas 51 ciudades se pueden concentrar cerca de 200 municipios más que se verían beneficiados por la cercanía de los servicios.
¡Todos esos instrumentos son parte de nuestro laboratorio social y de gestión, y, para decirlo, en términos médicos, son vacunas que ya demostraron su eficacia!
En este tiempo de responsabilidades compartidas, las universidades y los centros de investigación tienen una palabra que decirnos. Nadie pensó que ocurriría lo que está ocurriendo y, por lo tanto, no estábamos preparados. Esto no es un lamento. Sin embargo, es la evocación de un instrumento científico que, reconociendo la realidad, debe validar su existencia frente al futuro con su capacidad de reacción y propuestas.
¿Qué de lo que se estaba investigando, de la capacidad de movilización y debate, del ejercicio de la libertad de cátedra, de la autonomía, pueden aportar a la población boliviana en este momento?
Dice la cultura chiquitana que la vida vuelve cuando los abuelos conversan de nuevo con sus pensamientos... Eso es más o menos igual a la última línea de resistencia y fortaleza que tienen las sociedades y que son sus poetas y sus músicos. Resulta que este último tiempo, y de manera natural, se están multiplicando los espacios filosóficos y está aflorando la poesía en personas que no se sabía que incurrían en ellas.
Roberto Barbery Anaya, Óscar Barbery Suárez, Enrique Fernández, Carol Gainsborg mezclen por favor las palabras cotidianas con la profundidad de los nuevos tiempos que necesitamos conocer.
Claudia Vaca, Pablo Carbone, Roxana Hartmann, Oscar Puky Gutiérrez, Homero Carvalho, Patricia Gutiérrez Paz, Renate Hollweg Urizar, ¡ustedes tienen el don de la palabra y de las imágenes, multipliquen los saberes, los necesitamos floreciendo generosos!
Esa será la nueva normalidad. Que no nos venza el miedo, que la solidaridad con quienes están contagiados sea un compromiso, y continúen las acciones sociales de contención, apoyo y respuesta de cuidado alimentario. Gracias equipo de Chaplín Show por abrir un espacio humano con un sello tan propio y ocurrente.
El autor es director de Innovación en el Cepad
Columnas de CARLOS HUGO MOLINA