Presos de la basura política
Cochabamba, como ninguna otra ciudad del mundo, se ha dado el “lujo” de tener cerros de basura en las calles en medio de la emergencia del coronavirus. Y es que el relleno sanitario de K’ara K’ara se ha convertido en la mejor arma de protesta para quienes tienen demandas en esta ciudad, y todo a consecuencia de eternas prebendas políticas.
Cada año se bloquea el ingreso al relleno por lo menos unas cuatro veces. Entonces, la gente se deshace de su basura como puede y donde puede. Contener la respiración no salva de sentir los olores nauseabundos de los residuos en descomposición. Cabezas de ganado muerto y artículos electrónicos se mezclan en la vía pública.
Mientras, en el distrito 15, la gente reclamaba mejores condiciones de vida. Ahora, eso cambió y se bloquea por temas políticos, como ocurrió esta semana. Se pedía elecciones y la renuncia de autoridades; pero la mala costumbre tiene antecedentes.
El relleno sanitario de K’ara K’ara está emplazado sobre un terreno cedido por la Universidad Mayor de San Simón. En 1987, el lugar estaba a las afueras de la ciudad y no había casas alrededor, era perfecto.
No faltó el loteador que no tardó en vender terrenos a gente de escasos recursos. Ya estaba el botadero ahí y no se hacía un tratamiento a la basura, por lo que los olores eran de terror. Las familias de la zona se organizaron y comenzaron las demandas.
No hay Alcalde que no tuviera que sentarse a negociar con ellos durante más de 12 horas para terminar firmando acuerdos que dieron planimetrías al sector, asfaltado, parques, escuelas y un centro de salud.
Está en sus derechos aspirar a mejores condiciones de vida, pero no es justo que lo consiguieran bajo el chantaje de la basura. No está bien reclamar por algo a lo que sabían que se atenían desde que compraron el terreno. Además, es un derecho fundamental de los cochabambinos tener un ambiente sano y limpio.
Todas las autoridades de turno les dieron lo que quisieron. Ninguno tuvo capacidad de asumir acciones, ni siquiera de hacer que se respete el límite de seguridad. Hoy tenemos casas en la puerta del relleno, viviendas que fueron ilegales y nadie hizo respetar la norma, porque detrás siempre hubo intereses.
Cochabamba es la víctima de las prebendas políticas de todos los alcaldes que dieron lo que quisieron a los habitantes de esa zona. Esta vez los dirigentes dijeron que no fue su bloqueo, pero ¿se va a hacer costumbre que todas las demandas se lleven a la puerta del relleno?
Suficiente tenemos con que aún no exista una planta industrializadora de residuos. Suficiente tenemos con una mediocre cultura del manejo de basura. Suficiente tienen los ríos de ser receptores de la estupidez humana.
Necesitamos autoridades a las que les interese el tema ambiental y el manejo de la basura. Pero como no es una obra de cemento “que entra por los ojos”, no es prioridad. Esa mentalidad llevó a Cochabamba ser presa de la basura.
La autora es periodista
Columnas de LORENA AMURRIO MONTES