Escriben con la mano y borran con el codo
Cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo en cuanto a corrupción en la administración pública por parte de los “masistas” en los pasados 14 años, ahora los “no masistas” vemos, aterrados e indignados, más de lo mismo. Escuchamos discursos y vemos spots televisivos que dicen que acabarán con la corrupción que el MAS instaló en el Estado y, sin embargo, somos bombardeados con noticias sobre nuevos casos de corrupción. Lamentablemente, ahora, como antes, no se cumple lo que se promete: se escribe con la mano y se borra con el codo.
No se cumple cuando se dice que luchan contra la corrupción, pues no dan muestras de ser mejores que los anteriores dueños del poder. En los inicios de este Gobierno, fuimos espectadores del tráfico de influencias del primer Ministro de la Presidencia. Luego, el gerente de Entel –designado por este Gobierno por ser una empresa estatal– realizó gastos en hoteles, aviones privados y finiquitos injustificados para, finalmente, terminar huyendo a Miami. Escándalo descubierto por la prensa.
Casi de inmediato, escuchamos sobre el cobro de comisiones del 10% en el ministerio de Culturas y en el de Comunicación, la venta de cargos en el ministerio de Educación, el cobro de sobreprecios en YPFB, sobre los malos manejos en BoA y el uso indebido de bienes del Estado en los ministerios de Gobierno y de la Presidencia. Para colmo del ridículo, hace unas semanas los gobernantes se enteran “por las redes sociales” del obsceno sobreprecio en la importación de los respiradores españoles que, para más inquina aun, no sirven para terapia intensiva.
No se cumple tampoco cuando se promete la protección de todos los empleos en plena cuarentena total, para seguidamente despedir a trabajadores del Estado, sin ningún criterio ni justificación. En primera instancia, el ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social emite el Comunicado 14/2020 de fecha 08/04/2020 en el que garantiza la estabilidad laboral en entidades públicas y privadas, salvo faltas injustificadas, debiendo darse cumplimiento obligatorio a esta disposición administrativa con el Decreto Supremo No. 4199 de fecha 21/03/2020.
Sin embargo, ante el inicio de denuncias por parte de funcionarios públicos, tratan de lavarse las manos publicando una aclaración, de fecha 21/04/2020, en la que se recuerda que la estabilidad laboral está protegida para los trabajadores sujetos a la aplicación de la Ley General del Trabajo, pero no para servidores públicos regidos por el Estatuto del Funcionario Público, siendo “otro el tratamiento”. Como si los empleados públicos fueran una especie inferior de trabajador, indigna de ser protegido por las mismas disposiciones que ellos promulgan.
Ilustremos un poco más la deshonestidad de nuestras autoridades: tomemos como modelo los despidos dentro del ministerio de Educación. En este momento, sus autoridades no dan pie con bola para arreglar los problemas del sistema educativo nacional y en su falta de criterio optan por despedir trabajadores sin ninguna justificación o bajo el falso pretexto de que “no trabajaron en la cuarentena” o que “eran grupos de choque que hacían campaña política”. ¿Dedicarse a facilitar el acceso a la educación a millones de menores aislados desde hace tres meses? ¡Muy difícil!
Lo cierto es que durante la cuarentena total nadie podía movilizarse y muchos profesionales trabajaron desde su casa porque existen programas y proyectos que no podían detenerse. A diferencia de su predecesor, al actual ministro poco le importó el profesionalismo, mérito o antigüedad de sus trabajadores y empezó desde hace unas semanas una “masacre blanca” en plena cuarentena total. Este ministerio, a la fecha realiza nuevas contrataciones convirtiéndose en un antro donde reina el nepotismo y el pago de favores políticos. Para colmo, sus nuevos fichajes ni siquiera cumplen los requisitos profesionales mínimos para dichos cargos. Del mismo modo, se comunica a los trabajadores despedidos que el último pago del mes de mayo se hará esperar y si tienen finiquitos por vacaciones y duodécimas de aguinaldo, estos serán pagados, en el mejor de los casos, el año que viene. Es vergonzoso.
Entre tanto, en las últimas noticias, al mejor sucio estilo de la politiquería barata, el Gobierno actual anuncia, como pretexto para estos despidos masivos, la fusión de tres ministerios: el de Culturas y Turismo, Deportes, y Comunicación. Culturas y Deportes pasan a depender del ministerio de Educación, Comunicación del de la Presidencia y Turismo del de Desarrollo Productivo, todo eso como “medida de austeridad”.
La decisión de hacer desaparecer esos tres ministerios incluye, además, el pedido a las autoridades competentes de identificar cargos supuestamente innecesarios para seguir despidiendo gente. Es una pena que a muchos de los ministros y funcionarios de este Gobierno les quede muy grande el cargo. Claramente no pueden estar capacitados para asumir su cartera si su única solución a los problemas de nuestro país es despedir gente y llenar las instancias del Estado con sus allegados.
Esta falta de ética y honestidad profesional debería castigarse aplicando la ley. Bolivia no puede seguir soportando la cascada de gente incompetente que, desde hace décadas, la gobierna. A quien le caiga el guante, que se lo chante.
La autora es una ciudadana que escribe cuando su corazón tiene que hablar
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