Daños colaterales de la Covid-19, deuda externa e injustas hambrunas
Son tres los daños colaterales que enumera este artículo:
1. Por la emergencia del Covid-19 bajo ningún concepto se deberían descuidar otras enfermedades. Sin embargo, es justamente lo que está pasando en Bolivia y en el mundo.
Al respecto, la agencia de noticias BBC de Londres informó que sólo en Gran Bretaña morirán cerca de 60.000 personas por descuido en su trato médico ante la exagerada preeminencia otorgada a la pandemia de coronavirus.
Me consta que en Bolivia sucede lo mismo. He sido testigo del triste peregrinaje de pacientes que no pueden ser atendidos ni siquiera en las propias instituciones donde están asegurados, debido a la obsesión de autoridades oficiales, médicos y centros hospitalarios con la Covid-19, olvidando éstos que hay males endémicos que deben tratarse diariamente, tales como dengue, influenza, diabetes, malaria, cólera, difteria, sida, cáncer, problemas cardiovasculares, desnutrición, accidentes de diversa naturaleza, etc.
En nuestro país, y en el resto del planeta, es hora de que se tome conciencia de la necesidad de tener un programa integral de salud más allá de la atención que hoy merece la pandemia.
Los daños colaterales debido al exceso de celo en torno al coronavirus harán que en el orbe se pierdan cientos de miles de vidas, generando lamentables situaciones irreversibles.
Antes que ocurra esa tragedia, tiene que brindarse un nivel uniforme de salud para todos; cada enfermo tiene su prioridad, no necesariamente sólo los afectados por la Covid-19.
2. En su mensaje a la OMS del pasado mes de mayo, el presidente chino Xi Jinping –en el marco de otras propuestas presentadas– dijo que planteará, próximamente, en el G-20 una drástica disminución de la deuda externa de países agobiados por acreedores externos y que, encima de ello, vienen siendo castigados por la pandemia.
Esta es una noticia positiva para la Argentina y otros Estados fuertemente endeudados que, en paralelo, están luchando ahora contra la propagación del coronavirus. Bolivia también podría beneficiarse de la medida en caso de concretarse.
Últimamente hemos recibido créditos del Fondo Monetario Internacional y bien sabemos que este organismo tiene mano de hierro y cuando pasa factura exige duras medidas que provocan zozobra social: devaluaciones, ajuste de tarifas, reducción de subsidios, etc. Hay que estar atentos por si surgen inusitadas demandas del FMI y, al unísono, alertas ante la posible concreción de la propuesta de Beijing.
3. Varios expertos del Banco Mundial y de la FAO se han referido a la horrenda posibilidad de una inminente hambruna que podría afectar a más de 100 millones de personas, como consecuencia de la falta de alimentos; he aquí otro efecto perverso de la crisis que actualmente azota al orbe.
La triste paradoja es que, mientras se divulgan estos lúgubres pronósticos, en otras partes se desecha la comida. Sin ir muy lejos, solo en EEUU se están sacrificando miles de porcinos que no están enfermos, simplemente se los elimina por exceso de oferta. Para que los precios de la carne de cerdo no se derrumben más, los granjeros han optado por matarlos en masa ¿No podría haberse coordinado el enviar la carne de esos animales sacrificados intencionalmente hacia zonas de hambruna?
La pregunta queda flotando, es una más de las asignaturas pendientes de la burocracia internacional, que gana grandes sueldos y habla mucho, pero hace poco o nada.
El autor es economista y politólogo, www.agustinsaavedraweise.com
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