Ser profe en tiempos de Covid-19
El Día del Maestro en Bolivia fue establecido en el gobierno del presidente Bautista Saavedra el 24 de mayo de 1924. Se instituyó esta fecha en honor a Modesto Omiste Tinajeros, escritor, periodista, educador, abogado, político, diplomático e historiador de Bolivia.
El “padre de la educación de Bolivia” vio importante que los maestros bolivianos se superaran impartiéndoles conferencias donde implementaban nuevos métodos pedagógicos.
Hoy celebramos esta noble labor de una manera muy diferente, pero con la dedicación de siempre. En algunos casos, el miedo es no ser capaz de adaptar las prácticas y metodologías necesarias para seguir adelante, siempre con el amor a lo que hacemos, alguna vez tomando más tiempo para, preparar la clase.
Este semestre veo a mis queridos estudiantes en pantalla enseñándoles con el entusiasmo de siempre, hago un alto y pienso que ellos también viven algo diferente, nuevo, desconcertante. Me alienta aún más la dedicación de los profesores de mi hijo que, a pesar de todo, han logrado captar su atención en la pantalla.
Ahora todos los días me preparo como siempre, con una gran sonrisa y me siento a dictar mi clase y les hablo de la importancia de nuestra profesión y los aliento a estar bien a seguir adelante con optimismo y mucha fe, de que esto pasará. Al verlos, percibo que algunos de ellos ya están cansados de estar encerrados, son jóvenes. ¡Quieren libertad!
Hablamos de nuestra nueva realidad y cómo podemos mejorarla, en fin, todos con muchas dudas e incertidumbre. Algunos nos cuestionan, pero déjenme decirles a todos: “¡Un verdadero formador ama lo que hace y a pesar de todo logra su propósito! Ánimo y adelante al porvenir, valor…
La autora es docente de Diseño Gráfico
Columnas de Daniela Pacheco