Gobernanza en salud para controlar la Covid-19
Estoy realizando una investigación en colaboración con varios investigadores de diferentes países sobre el control de la Covid-19. En Bolivia, algunos de los resultados muestran una debilidad en la gobernanza en salud y esto afecta negativamente el control de la pandemia. ¿Qué es la gobernanza? Es una forma de gobierno basada en la relación equilibrada del Estado, la sociedad civil y el mercado para lograr un desarrollo económico y social estable. En el caso que estudiamos, esta cooperación debería ayudar a controlar la pandemia respetando la legitimidad y primando la eficacia para actuar oportunamente en un entorno de democracia y ciudadanía.
Bolivia ha estado, en los pasados 14 años, bajo un modelo centralizado que no ha dado suficiente legitimidad a ninguna institución independiente. Ahora se ve claramente que el Gobierno ha querido centralizar el testeo de la enfermedad, la difusión de la información, los centros de salud Covid-19 todos controlados por el Gobierno.
El Gobierno ha querido acaparar la estrategia de control fallando en emitir un mensaje claro sobre cómo atacar la pandemia entre todos, con corresponsabilidad y dando legitimidad a instituciones como las científicas. El Ejecutivo ha tratado de hacer todo solo, tanto la parte científica, como la estratégica y la atención en salud y ha colapsado sin lograr regular ni dar buena calidad a ninguno de los aspectos.
Teniendo unas 14 universidades en el país, ninguna tuvo un rol para asesorar al Gobierno en planificar con un modelo dinámico, o para definir el tratamiento adecuado a las diferentes etapas de la Covid-19, o los protocolos para internar o mantener a los pacientes en casa.
Como el Gobierno ha dejado estos grandes vacíos, además de no apoyar el fortalecimiento del sistema, cada centro de salud ha “hecho lo que ha podido”, cada uno de manera diferente haciendo notar más profundamente la diferencia entre el sector privado, sector público y sector de seguros a corto plazo. La población que sufre la falta de gobernanza y rectoría del Ministerio de Salud, también ha tomado sus propias acciones y se autodiagnostica, automedica, autointerna al ver que todo el sistema de salud es caótico y ha colapsado.
Los modelos epidemiológicos para Bolivia evidencian que, en promedio, las estadísticas presentadas por el Gobierno muestran un número de casos seis a ocho veces inferior y un registro de muertos seis veces menor a los que realmente real existen. Eso, porque simplemente no están realizando pruebas a todos, Bolivia tiene una alta tasa de mortalidad entre el personal de salud por este error. Muchos países están aceptando el error en sus estadísticas y esto ha servido para que la gente sea corresponsable y actúe en consecuencia.
Bolivia podría hacer lo mismo, dar un mensaje común y comenzar una colaboración con otros actores de la sociedad con el fin de controlar más rápidamente la pandemia, aprovechando las fortalezas de cada institución para un mejor manejo de la emergencia.
La autora es PhD en economía internacional
Columnas de KATHYA CÓRDOVA POZO