Nueva ley para elecciones y paz social en suspenso
La sanción y promulgación –previstas para hoy– de la Ley de Postergación de las Elecciones Generales 2020, que fija el domingo 18 de octubre como fecha límite para la realización de esos comicios, tendría que marcar el fin de los bloqueos y el repliegue de los movilizados por la COB y los movimientos sociales afines al MAS. Pero es posible que la paz social plena demore aún en retornar al país.
En efecto, la esperada ley –aprobada anoche en el Senado y considerada la mañana de hoy en Diputados para completar el procedimiento de su sanción legislativa– será promulgada de inmediato por la presidenta Jeanine Áñez, según anunció el Ministro de la Presidencia, asegurando que “ya no hay ninguna razón para que existan los bloqueos, ya la ley señala que habrá elecciones hasta el 18 de octubre, entonces los movilizados no tienen por qué interrumpir y deben suspender las medidas de presión”.
Sin embargo, la perspectiva del fin total de las movilizaciones y bloqueos, cuya responsabilidad se le atribuye al MAS, es aún incierta. Incierta, porque al parecer la autoridad del expresidente Morales sobre su partido y las organizaciones que le son leales se ha debilitado.
Así lo evidencia la contradicción entre la posición intransigente de la COB, que exige un adelanto, al menos de una semana, en la fecha de las elecciones, y la de Morales, que anteayer se preguntaba, mediante una red social de Internet, “¿para qué estar peleando por una semana?”. Y afirmaba “que no tiene sentido esta clase de planteamiento, por dos semanas o tres no vamos a hacer problemas”.
Es cierto que la misma COB sufre un desgaste de liderazgo, pues su dirigencia ha sido desconocida por algunos sectores en La Paz y Oruro y, antes de eso, dos centrales obreras departamentales, de Tarija y Chuquisaca ya habían rechazado continuar con los bloqueos.
Pero, en contrapartida, Felipe Quispe, el Mallku, investido ahora como “comandante” de los bloqueos en La Paz, asegura que lo que exigen sus “comandados” excluye el tema de las elecciones y se centra en la renuncia de Áñez. Este “factor inesperado”, como denomina un analista al protagonismo que recuperó el Mallku en el altiplano paceño, rechaza cualquier vínculo con el MAS y expresa “un discurso etnonacionalista” en sus protestas, lo constata otro analista.
Para completar la dispersión de los descontentos, está el de los cívicos cruceños, cuyo líder manifiesta un rechazo abierto a que las elecciones generales tengan lugar en octubre, por razones sanitarias, exige la renuncia del presidente del TSE y omite en su discurso cualquier mención al restablecimiento de la paz social mediante el diálogo.