Alfabetismo
¿Te acuerdas quién te enseñó a leer? Gracias a esa persona estás donde estás y le debes mucho. Desde ya, mi agradecimiento a la profesora Tula Gandarillas quien nos guio por el Alma de Niño, con paciencia de santa, para que aprendiéramos a leer.
El alfabeto tuvo su origen en los fenicios y fue el precursor para los alfabetos árabe, hebreo y griego. Sus primeras letras son Alfa y Beta, significan buey y casa y dieron origen a lo que hoy conoces como alfabeto.
El resto de las letras significan camello, puerta, ventana, anzuelo, arma, muro, rueda, mano, aguijada, agua, serpiente, pez, ojo, boca, caza, mono, cabeza, dientes y señal. El éxito de este alfabeto resulta de su naturaleza fonética, donde cada sonido se representaba con un signo y difería con otros sistemas de escritura complicada como los jeroglíficos.
Su simplicidad permitía que la gente común aprendiera a escribir. Este hecho acabó en gran medida con el alto estatus que poseían aquellos sistemas de escritura que sólo podían aprender y emplear los miembros de la jerarquía real y religiosa, que lo usaban como instrumento de poder a fin de controlar el acceso del grueso de la población a la información. El fenicio desintegró muchas de estas divisiones de clase. Luego integró culturas y desarrolló su amplio carácter comercial.
Milenios después nos encontramos que en Bolivia la tasa del analfabetismo, según una medición de 2018, era del 2,7%. Dudo que la cifra sea real, porque saber leer y escribir es una cosa, pero entender lo que lees es otra. ¿Qué tipo de contendidos estimulan tu intelecto?, ¿cuántos libros lees al año? Sé honesto en tus respuestas. Seguro que miras horas de horas videos de Facebook, o de TikTok, pero te da lata leer un libro de 300 páginas.
Somos una ávida sociedad de información, pero displicente en conocimiento. Aprendemos de memoria, acudimos al Rincón del Vago y hacemos “control c” y “control v”, sin que seamos capaces de conectar datos y analizarlos. Privilegiamos la copia al igual que en la época de la colonia. Y el resultado se traduce en bachilleres que llegan a las aulas universitarias interesados sólo por la nota y no por el conocimiento.
Pocos investigan. Quienes lo hacen son coronados con tesis de 100 sobre 100. Pero el mercado laboral no los tolera. Les dice que no hay fondos para investigar, empero, cuando Facebook divulga una investigación la aplaudimos de pie. Así que hay poco para celebrar hoy Día Internacional de la Alfabetización. Porque una cosa es leer y escribir y otra es entender y proponer.
La autora es Premio Nacional al Periodismo Especializado en Banca
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER