Los Tiempos, 77 años y no se detiene
Hace 77 años, un día como hoy, pasó algo importante para esta ciudad. Ese día, las familias cochabambinas se despertaron oyendo algo nuevo. Eran los canillitas que salieron a la calle a ofrecer el primer ejemplar de Los Tiempos.
Fue el jueves 16 de septiembre de 1943. Resultado de un error, porque todo había sido previsto para dos días antes. Los Tiempos tenía que haber nacido el 14 de septiembre, pero algo falló. Se atrasó dos días, pero nació.
No pudo ser como estaba previsto porque dar a luz nunca fue fácil. Como suele suceder, llegado el momento, las buenas intenciones no fueron suficientes. Algo no funcionó y el nacimiento de Los Tiempos estuvo ausente de los festejos del 14 de septiembre de ese año. Hubo que esperar dos días hasta que se arreglen los desajustes en la máquina impresora.
Hoy no celebramos nuestros 77 años como hubiéramos querido. Como tampoco hubiéramos querido que el 9 de noviembre de 1953 nuestra labor periodística fuera objeto de la violencia cuando nuestras instalaciones fueron destrozadas y nuestra hemeroteca, lo más valioso que por entonces teníamos, entregada al fuego inquisitorial.
Este año tuvimos que interrumpir durante unas semanas nuestras ediciones impresas, debido a las restricciones de la emergencia por la pandemia. Pero no dejamos de informar ni un solo día desde nuestro sitio web y las redes sociales. Luego retornamos a las calles una vez por semana. Y hoy, nuestra edición impresa vuelve a estar al alcance de nuestros lectores cada día de la semana, menos el sábado: feliz manera de festejar nuestro 77 aniversario.
77 años de experiencia heredada, recibida y transmitida, con los naturales e inevitables aciertos y errores, es lo que hoy tenemos. Es nuestro principal patrimonio. Y como sabemos asignarle la importancia que merece, nos sentimos seguros de que será suficiente para proyectarnos a los próximos 77 años. Por eso hoy, ante nuestros lectores y anunciantes, quienes trabajamos en Los Tiempos reafirmamos el compromiso con que nuestros antecesores sacaron a las calles el fruto de sus esfuerzos y lo mantuvieron siempre en la primera línea del periodismo libre boliviano.
Nunca fue y no será fácil la tarea. Lo sabemos. Pero también sabemos que las dificultades se pueden superar. Y lo estamos logrando, seguros de que, dentro de otros 77 años, la actual juventud y niñez que herede nuestros aciertos y errores tendrá en Los Tiempos uno de los pilares principales de su propia identidad y de su relación con nuestra ciudad, nuestro departamento, nuestro país y nuestro mundo; con nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Porque este periódico no se detiene.