Margaritas en primavera
A partir del lunes 21 empezará la primavera. Funcionará igual que el año pasado. No habrá bono al Amor ni a la Amistad. Románticos abstenerse.
Según un estudio hecho por la Universidad de Sapiencia y basado en datos proporcionados por Oxford, Bolonia y la unidad científica de Tiraque, las margaritas este año, “lucirán chutas, luego de haber sido víctimas, porque fueron totalmente desfloradas”.
No se tienen datos exactos, pero, al parecer, se sospecha mucho de los políticos en campaña porque, alarmados por las últimas encuestas, su única fuente segura es agarrar una inocente margarita y –con ventaja, premeditación y alevosía– arrancar uno a uno sus pétalos diciendo “gano, no gano, pierdo con mucho, con poco, no tengo nada”.
Las campañas en ese país, dice el documento refiriéndose a las futuras elecciones nacionales en Bolivia, tienen características muy especiales.
Nadie cree en las encuestas, pero muchos creen que no deja de ser el juego de la tuja de esconderse. Hay cucus, hadas madrinas, brujos y hechiceras. Eso ya lo dijo mi suegra, que no duerme porque escucha en tinieblas “ya vuelve el demonio, carajo” disque dice. En realidad, mi suegra tiene problemas de sueño. Duerme 12 horas a pierna suelta, pero últimamente, admite que tipo 3 de la mañana, tiene una enorme ansiedad. Suena su panza y el eco se escucha en mi habitación. Me levanto, le preparo un sándwich y ella me dice que le haga un revuelto de jamón, con tocino, pepinillos y salsa golf, ingredientes que solo se ven en la tele, porque ya no hay money para pensar en exquisiteces.
Está más intranquila porque ha dejado de ver sus telenovelas de intrigas y sus películas de terror, ya que las campañas políticas le parecen más apasionantes, porque no sabe si el nuevo inquilino de la plaza Murillo será varón, será mujer o quien miércoles será.
En cambio, yo estoy embebido por la fragancia de las nuevas flores que nacen en la primavera. No digo nada de la belleza de la mujer porque solo vivo al lado de mi suegra, cuyos encantos están ya encapsulados en el tiempo, y de mi adorada esposa, que no ha vuelto a ir a la peluquería, pero luce un look de Morticia Addams en versión latina subdesarrollada.
El autor es humorista
Columnas de ADOLFO MIER RIVAS