Mis horas en la era del capitalismo de la vigilancia
Hace poco tomé la determinación de monitorear mi actividad digital, para ello comencé a usar regularmente una aplicación propia del IPhone que se llama Tiempo en pantalla, con ella pude ver el detalle de las aplicaciones y la actividad que realizo, como frecuentar redes sociales, ocio, productividad. El tiempo es considerable, pues en las intermitentes veces que recurro a mi celular comienzan a formarse horas completas, que representan hasta una quinta parte de mi día.
Al principio estuve observando pasivamente, revisando esos registros al final del día. Luego me puse manos a la obra y, creando consciencia de mis actividades, traté de disminuir el número de horas hasta llegar a dos e, incluso, un domingo a menos de una. Pero es como una bomba de tiempo, porque llega un momento en que es imposible controlar, la necesidad que llama, a veces el vicio, los colores, las notificaciones.
A veces me tienta la desconexión, pero mi interés por la tecnología es más grande. Ayer, por ejemplo, vi que Messenger actualizó el color de su logotipo. Y obviamente, busco la información en mi celular, cuando estoy esperando algo (un tiempo muerto), o cuando me quiero entretener (el prime time digital).
¿Alguna vez te preguntaste por qué las redes sociales son gratuitas? Tal vez parece algo extraño, pero la gente no está plenamente consciente sobre el valor de sus datos personales y el seguimiento minucioso que nos hacen las grandes empresas. Actualmente, en la cartelera de Netflix aparece un documental, denominado El dilema de las redes sociales, que surge como el resultado de un comentario que ya está en boca de todos: nos están robando los datos, o al menos estamos sometidos a un trato injusto. Deberías verlo.
Facebook y Google, entre otras empresas, ya saben lo que hago en esas cinco horas diarias. Tengo, entre otros, tres autores de cabecera para pecar conscientemente sobre estos temas digitales. Uno es Carlos Scolari, un experto en transmedia stotytelling (narrativa transmediática); Jaro Lanier, un disidente de Silicon Valley; y, Shoshana Zuboff, que sacó hace poco un libro que titula La era del capitalismo de la vigilancia. Para mí ya es tarde.
El autor es escritor
Columnas de CAMILO ALBARRACÍN ZELADA