Desafíos para el próximo Gobierno
La economía boliviana cayó en un 11,11% a junio de 2020 por causa de la pandemia de la Covid-19, informó el INE a través de su Boletín Estadístico del mes de octubre.
La cuarentena impuesta para precautelar la salud de los bolivianos afectó el normal desarrollo de las actividades económicas con un severo impacto sobre los sectores productivo, comercial y de servicios, y sobre el conjunto de la sociedad.
La estrepitosa caída del Producto Interno Bruto (PIB) al primer semestre se debió a los abruptos descensos en las importaciones (-31%), las exportaciones (-20%), la inversión (-17%), el consumo familiar (-6%) y del sector público (-3%).
En términos de actividad económica, el sector más afectado fue el de la construcción (-51%), seguido de: minería (-39%); transporte y almacenamiento (-18%); servicios (-16%); industria manufacturera (-13%); comercio (-11%); electricidad, gas y agua (-6%); petróleo y gas natural (-5%); y, establecimientos financieros (-4%). Su retroceso ocasionó un fuerte impacto económico y social.
Solo tres actividades crecieron durante el primer semestre de este año: comunicación (6,1%), por el uso de Internet para efectos laborales (teletrabajo) y educativos (clases virtuales) durante el confinamiento; servicios de la administración pública (1,5%) y agropecuaria (1,5%). Esto amortiguó la caída del PIB y de los ingresos familiares.
¿Cómo acabará la economía este año? ¡Solo Dios sabe! Nos irá mal si se da un rebrote de Covid-19; si la demanda mundial no se reanima; y, si los bolivianos nos seguimos empeñando en bloquear nuestras posibilidades de desarrollo.
Con 289.000 desempleados hasta julio por causa de la cuarentena, y 434.000 contando el desempleo estructural… ¡tamaño desafío que le espera al próximo Gobierno!
Frente a la amenaza de consumarse la peor caída de la economía en décadas, si no se encaran políticas públicas valientes e inteligentes –urgentes, además– una severa crisis económica y un gran descontento social se avizoran, lo que no se podrá salvar con bonos ya que no habrá dinero que aguante.
Es de esperar que los futuros gobernantes hayan asimilado la lección que dan las cifras del INE: que el hombre puede dejar de hacer muchas cosas, pero nunca dejará de comer, para lo cual hay que producir alimentos.
El sector agropecuario, agroindustrial y agroexportador, con el sector forestal, tienen la capacidad de reacción inmediata para evitar una futura crisis, con la inversión, producción, empleos, ingresos, tributos y divisas que generen, en beneficio de todos los bolivianos.
El autor es economista y magíster en comercio internacional
Columnas de GARY ANTONIO RODRÍGUEZ