Mayoría de mujeres en la Cámara Alta
Por primera vez en su historia, Bolivia tendrá una Cámara de Senadoras mayoritariamente femenina. Al margen de los porcentajes de votos que definieron quienes nos gobernarán los próximos cinco años, este es uno de los resultados más destacados de las elecciones generales del pasado domingo 18 de octubre –el otro es la participación de electores, que alcanzó un 88%.
La Cámara Alta está conformada por los representantes de los nueve departamentos, cuatro por cada uno. Son 36, en total. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) entregará, mañana martes, las credenciales correspondientes a los recientemente electos: 20 son mujeres, es decir el 55,5%.
Así, “Bolivia (marca) un récord en la representación de mujeres en la Cámara Alta, que históricamente ha tenido preeminencia masculina”, afirmaba Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, días antes de que el TSE proclamara los resultados oficiales de los comicios.
Un récord, que resulta de la aplicación estricta de la legislación vigente en el país.
“La democracia boliviana se sustenta en la equidad de género”, establece la Ley del Régimen Electoral. Ley que el TSE se encargó de hacer cumplir a cabalidad al exigir que “Las listas de candidatas y candidatos a Senadoras y Senadores, Diputadas y Diputados (…)” respeten “la paridad y alternancia de género entre mujeres y hombres, de tal manera que exista una candidata titular mujer y, a continuación, un candidato titular hombre; un candidato suplente hombre y, a continuación, una candidata suplente mujer, de manera sucesiva”.
Así, no es sorprendente que Bolivia sea el tercer país del mundo, luego de Ruanda y Cuba, con mayor participación política de mujeres.
Nuestro Senado, entonces, será mayoritariamente femenino. Lo que es una excelente noticia, considerando las virtudes comparativas de las mujeres, respecto de los hombres, pero, y sobre todo, porque las senadoras ejercerán sin duda una acción determinante en el tratamiento y aprobación de leyes referentes a temas que tienen que ver de manera específica con las bolivianas.
Es de esperar que nuestras senadoras se ocupen con especial atención de temas importantes como la la violencia de todo tipo contra las mujeres, el aborto legal y la prevención de los embarazos no deseados, tan frecuente, de jóvenes menores de edad, sin que la pertenencia política ofusque su sabiduría femenina.