¿Qué podemos hacer para defendernos de las arbitrariedades del MAS?
Con espantosa ineptitud, las organizaciones políticas opuestas al MAS se imaginaron que el voto la gran mayoría de los indecisos que mostraban las encuesta electorales se iba a repartir solo entre ellos, sin tomar en cuenta que la enorme mayoría de esos indecisos estaba compuesta por artesanos, transportistas, gremialistas, maestros, obreros y asalariados en general que se habían decepcionado de la corrupción y atropellos de Evo Morales y sus más estrechos colaboradores; pero que sin embargo fueron espantados por nuestra clase política de cuarta, que en vez de unirse y atender sus demandas básicas y más urgentes de salud y trabajo, se pelearon entre sí dando un espectáculo deplorable, que al final influyo en la psiquis del electorado indeciso (20%) de que “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer” y votaron con temor (por eso lo de indecisos) nuevamente por el MAS.
El egoísmo sin límites de los políticos de oposición al MAS, nos ha dejados desamparados ante los embates de tinte dictatorial que se nos vienen de parte del partido azul que, por sus actuales actitudes en la Asamblea Legislativa Plurinacional está cargado de resentimiento y revanchismo, no solo contra el gobierno de Áñez, sino también contra la Policía y las FFAA de la nación. Lo peor aún es que ahora cuentan con el respaldo de la legalidad que le otorgan los resultados electorales de las elecciones del 18 de octubre pasado, las cuales son avaladas por todos los observadores internacionales y reconocidos por los principales líderes políticos de oposición y, que por más pataleo de algunos frentes ciudadanos, nada se podrá hacer al respecto pues el hecho ya está consumado.
De acuerdo con la nueva Constitución, elaborada por los propios masistas, los ciudadanos podemos aprovechar de la Ley de Participación y Control Social (Ley Nº 341) que promulgó el gobierno de Evo Morales el 5 de febrero de 2013, en su parte más resaltante define la participación ciudadana “como un derecho, condición y fundamento de la democracia”. De manera que, ante la acciones de prepotencia y abuso de parte de la bancada masista y la manipulación del sistema de administración de justicia, que con seguridad va a continuar con el nuevo Gobierno, lo que puede hacer la ciudadanía es organizarse en una entidad cívico-democrática, sin la participación de políticos de la oposición al MAS, pues ellos traicionaron nuestra lucha democrática.
Esa entidad tendrá que aglutinar a los comités cívicos departamentales, el Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade), las universidades, la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, entidades representativas gremiales y otras organizaciones ciudadanas que están amparadas y reconocidas por la Constitución actual.
Esta entidad (esta vez completamente unificada) tendría el poder de convocar a un paro nacional y a la desobediencia civil, cada vez que los masistas quieran aprovecharse de la democracia para volver a ejercer sus atropellos de corte dictatorial y/o someter a la justicia, la Policía y las FFAA para favorecer sus nefastos planes.
A nuestros abogados constitucionalistas, les pedimos que por favor le peguen una buena revisada a la actual Constitución y estudien la posibilidad de crear tal entidad, con la legalidad y legitimidad correspondiente, la cual gozaría incluso del apoyo de la comunidad internacional.
El autor es Ph.D. en economía
Columnas de CARLOS A. IBAÑEZ MEIER