No hubo solo Senkata y Sacaba
Existen jueces y fiscales –en especial aquellos que conocen casos de cierta trascendencia política– cuyas decisiones y acciones se pintan del color del partido que está en el poder, al menos en el Ejecutivo. Así, durante la dilatada presidencia de Morales fueron funcionales a la persecución contra opositores del momento y, tras su renuncia, sus resoluciones estuvieron dirigidas hacia gente del Movimiento Al Socialismo (MAS), pero, tras las elecciones del 18 de octubre, recuperaron la memoria, volvieron a su conducta anterior.
Y, como lo constató el Ministro de Justicia, “no es bueno que la camiseta de los jueces pase de azul a verde y luego nuevamente azul, porque eso daña, destruye la credibilidad de la justicia”. Así, es previsible que, en sus decisiones, los administradores busquen congraciarse con el Gobierno, sin importar quién lo encabece.
Ese es el contexto en el que tendrán lugar los inminentes juicios por los sucesos del año pasado en Senkata y Sacaba que, como se sabe, causaron la muerte de un indeterminado número de personas en noviembre de 2019.
Para el partido de Evo Morales, la represión estatal se concentró en esos dos puntos del territorio nacional: en El Alto y en Cochabamba, ambas son plazas fuertes del MAS. Si se limitan los hechos a esos dos lugares, parecería que no ocurrió nada más. Y no fue así.
Los sucesos de octubre/noviembre de 2019 enfrentaron a diversos sectores de la sociedad, concentrados en ciudades capitales e intermedias, en contra del MAS, al que se acusaba de un fraude electoral. Por ello, no solo hubo choques en Senkata y Sacaba sino en más lugares del país.
Tras la renuncia de Morales, el MAS solo perdió el control del Ejecutivo. Y en los lugares que controlaba –como Oruro y Potosí– se produjeran enfrentamientos donde también se usaron armas de fuego. Caravanas de cívicos, mineros, universitarios partieron en buses rumbo a La Paz desde Sucre y Potosí y fueron emboscados en sitios como Vila Vila, Playa Verde y Machacamarca. Afortunadamente no hubo muertos, pero sí heridos y todos de bala.
Pero en Montero, sí hubo muertos, dos, y varios heridos, todos recibieron balazos, en enfrentamientos entre afines al MAS y personas que mantenían un bloqueo.
Hace pocos días el exembajador de Bolivia ante la OEA, manifestó que la misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que llegará al país, en principio para investigar los sucesos de Senkata y Sacaba, se ocupará también de esclarecer todos los hechos violentos ocurridos en los 21 días de convulsión, hace poco más de un año.
Ojalá sea así, y ojalá también que, en los juicios sobre esos casos, jueces y fiscales vistan la “camiseta” de la justicia, que no es ni verde ni azul.