Clases semipresenciales en tiempos de Covid-19
La Covid-19 ha dado un golpe letal no solo a la salud de la población, sino también a la educación boliviana.
Básicamente, este es un año perdido en aprendizajes e interacciones. Las niñas, los niños y la población adolescente han tenido que resignarse a un autoaprendizaje que seguramente no ha sido sistemático, planificado ni evaluado.
Volver a clases es sin duda alguna una consigna que no podemos postergar, sin embargo, la pregunta es ¿cómo hacerlo?
Entre las propuestas surgidas está la modalidad semipresencial, esta, según las autoridades, garantizaría una de las medidas de bioseguridad más importantes que está relacionada con el distanciamiento social.
Otro elemento crucial de bioseguridad es el uso de barbijos y alcohol, tema al que se deberá acostumbrar a la comunidad estudiantil en su uso continuo y responsable.
Finalmente, tenemos como medida de bioseguridad el lavado de manos de manera continua.
Bajo estas características es que se considera que la modalidad semipresencial permitirá que la Covid-19 no afecte a la comunidad educativa.
Considero que hay que hacer un análisis más detallado sobre este tema.
Respecto al distanciamiento social: Es interesante la propuesta de la asistencia parcial de los estudiantes cuando se la ve desde el aula, pero qué pasará en los recreos donde las niñas y los niños, en su euforia natural, estarán en contacto, ya sea con una pelota, jugando pesca pesca o simplemente intercambiando figuritas de algún álbum de moda, ¿cómo evitar el acercamiento entre ellos y ellas?
Respecto al uso de barbijo y alcohol: Al igual que el análisis anterior, en el aula, bajo el control de la o el profesor es factible. Sin embargo, al salir al recreo, quitarse el barbijo será una realidad ante la falta de oxígeno por correr tanto.
El limpiarse las manos cada vez que toquen la pelota o toquen a otra persona por un juego de interacción, será imposible, menos cuando se consuma algo en el puestito de la esquina o en el quiosco de la unidad educativa. Por otra parte, ¿Quién dotará de barbijos y alcohol para la limpieza a las y los estudiantes? ¿Habrá un control sobre la calidad del barbijo utilizado?
Respecto a lavarse las manos con jabón y agua: En una ciudad donde muchas de los grifos solo botan aire, será imposible lavarse las manos. Y no analizo el uso responsable de los inodoros y urinarios de los establecimientos educativos.
Sobre las y los profesores de la tercera edad: Todos sabemos que una de las poblaciones con mayor riesgo son las personas de la tercera edad, ¿El sistema educativo asumirá el riesgo de enviar a profesores y profesoras que sean mayores de 60 años a enseñar? Siendo una población de riesgo, considero que es poco responsable considerarles para dar clases presenciales.
Sobre las personas con patologías de base: Asimismo, aquellos profesores y estudiantes que padezcan una patología de base ¿cómo serán discriminados para que no sean afectados por la pandemia? La posibilidad de contraer la Covid-19 en grupos que interactúan bastante, como ocurre en cada unidad educativa, pone en riesgo la vida de estudiantes y profesores que adolecen de otras enfermedades.
Por otro lado, si bien las autoridades y profesores de las unidades educativas no tienen responsabilidad sobre sus estudiantes y profesores fuera de los establecimientos, es bueno considerar que el ir y volver, hasta y desde la unidad educativa, en vehículos de transporte público abarrotados, porque los estudiantes siempre los llenaron, aumentará el riesgo de contagio. Asimismo, la espera de padres en la puerta de prekínder, kínder y primaria será otro punto de alto riesgo de contagio.
Sin duda alguna hay otros temas más que se deben considerar respecto al retorno a clases y el evitar el contagio masivo. El simple hecho de decir “clases semipresenciales” es una mirada de tuerto ante tantos riesgos que existen en el proceso.
Considero que es un tema que debe ser tomado en cuenta con ojos interdisciplinarios y con la participación de la sociedad civil.
Mientras no haya vacuna para todas y para todos, no podemos hacer propuestas parciales y sesgadas respecto al retorno a clases.
El autor es comunicador social
Columnas de JUAN CARLOS BORDA VEGA