Donald/Evo: Paralelismo fascinante y repulsivo
Entre fascinante y con un dejo repulsivo, el paralelismo entre Donald Trump y Evo Morales no cesa. Se parecen, realmente, como dos gotas de agua invertidas y también a la hora de su final se desempeñan –y despeñan– con un mismo guion. Esta vez, sin embargo, para solaz, goce y disfrute del espectador, pues ambos, ya también, van perdiendo en toda la línea.
A Trump se le negó, reiteradamente, toda posibilidad de manipular las elecciones para revertirlas fraudulentamente. Ahora se acaba de formalizar su derrota. Evo el Fraudulento, a su vez, tuvo que volver a escapar, el otro día, de sus propias bases y ayer hasta le tiraron encima una silla. Simplemente no le tienen ningún respeto. Ninguno de los dos va a comprender, sin embargo, que mejor harían en dejar la vida pública y retirarse.
A alguien como Víctor Paz nunca, a nadie, se le hubiera ocurrido tirarle una silla.
Y finalmente la enorme superioridad que tuvo Paz, en comparación con todos los políticos de esta tierra, es que un día su vida política le pareció suficiente y se retiró definitivamente. Ni aunque “el pueblo” se lo pidiera una y otra vez, jamás cedió. Ni aceptó que lo estuvieran fatigando con entrevistas y demás. No quiso que nada más lo perturbara a la hora de cuidar su jardín.
El autor es escritor
Columnas de JUAN CRISTÓBAL MAC LEAN E.