Si tienes cáncer en Bolivia, cuidado que no seas presidente
Hace tres años se presentaba en Bogotá el estudio “Control del cáncer, acceso y desigualdad en América Latina: Una historia de luces y sombras, una investigación”, en el que se revelaba que Bolivia es uno de los países de la región con atención más precaria para esta enfermedad. El testimonio vivo de estos datos son nuestros presidentes. Recientemente, el presidente Luis Arce hizo un viaje a Brasil para sus chequeos, ya que estaba con cáncer de riñón; en anteriores ocasiones, también fue noticia que Evo Morales tenía cáncer de garganta y se trató en Cuba.
Estos datos sólo evidencian que nuestro sistema de salud no es apto para tratar a nadie, ni siquiera a los presidentes, pero ¿de quién depende esto? Pues… de los que tienen el privilegio de poder salir del país para recibir tratamiento en el exterior, ciudadanos de “primera clase” que no dan las condiciones para que en Bolivia podamos combatir enfermedades ni pandemias. Y no se trata de que no tengamos buenos médicos, claro que los hay (y también hay muchos carniceros, no se puede negar), pero en general los médicos bolivianos tienen un buen nivel, y no así las condiciones para que nuestro sistema de salud sea el adecuado para dar tratamiento a todos, incluso a los presidentes.
¿Dónde está el enfoque social del socialismo? ¿Acaso no son prioridades la salud y la educación? Y sabemos que en educación también andamos mal.
Entonces… si es que soy presi y me enfermo y no logro tratarme en mi propio país, ¿qué clase de presi soy? Y si encima he estado más de una década gobernando y llega una pandemia que nos hace talco a nivel salud y economía… parece que no estoy gobernando bien, ¿cierto? ¿Qué he estado haciendo? ¿A qué he dedicado los recursos públicos? ¿Cuáles son mis prioridades? ¿Será que en algún punto los presis con cáncer se harán estas preguntas? Y los ciudadanos de segunda, ¿en qué quedamos?
La autora es editora de Doble Click y OH!
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