Doce uvas por Bolivia
Subir gradas, contar dinero, vestir ropa interior de determinado color, comer uvas, son algunos de los rituales personales que se practican la noche de Año Nuevo y son expresiones de los deseos de que el año que se avecina sea venturoso y mejor que el que se deja.
En retrospectiva, lo que vivimos como humanidad, en 2020, fue inédito y feroz. Hoy despedimos un año fatídico y recibimos otro en el que depositamos nuestras esperanzas de mejores días. Podemos hacer el ejercicio de hacer un balance breve de temas centrales y pendientes; y a la vez pedir 12 deseos, comer doce uvas por Bolivia.
1) La Covid-19, se llevó a más de nueve mil compatriotas bolivianos y desnudó un sistema de salud endeble. En 2021 nos tocará enfrentar el rebrote, y deseamos que el sistema y las políticas de salud sean la prioridad de todos los niveles de gobierno.
2) Arrastrábamos un contexto violento y de alta polarización política, que, con pandemia incluida, resolvimos en las urnas en octubre de 2020. Ahora pidamos sanar las heridas y los odios que quedaron en la sociedad civil. Tender puentes y encontrar puntos comunes de diálogo para reconstruir el país será una tarea nodal del actual gobierno y de toda la sociedad.
3) Más de cinco millones de hectáreas en la Chiquitanía, Chaco y Amazonía ardieron, y se produjo la afectación a los ecosistemas, y la muerte de incontables animales de diversas especies. Deseamos este 2021, que las leyes ecocidas, sean abrogadas, y se priorice políticas sustentables que vayan acorde a la preservación de la naturaleza.
4) A nivel nacional, en lo que va del año, 113 mujeres han sido asesinadas cobardemente por sus parejas sentimentales. Deseamos que, desde las instancias del Estado y la sociedad civil, se hagan los mayores esfuerzos genuinos por abordar la problemática del feminicidio de manera seria y eficaz en la medida de su gravedad.
5) Alrededor de medio centenar de niños y niñas menores de 12 años, perdieron la vida en manos de adultos este año. Deseamos que todas las instancias estatales, tomen cartas en el asunto, y se dé la priorización y atención debida al infanticidio, pues es una problemática atroz, dolorosa y vergonzosa que cargamos como sociedad.
6) La justicia, hasta el momento, ha mostrado su dependencia del Gobierno de turno. Urge reformarla, y apuntar a lograr su independencia de los otros poderes del Estado. Deseamos que este 2021 se termine la judicialización de la política.
7) La pandemia ha mostrado de manera cruenta, las desigualdades sociales existentes en el país, en todas sus dimensiones. En 2021 urge atender el sector productivo, generar empleo, y dinamizar la economía priorizando a los sectores más vulnerables que viven al día a día.
8) Este año de pandemia, el arte, los espectáculos, la música, la visita a museos y toda muestra artística desde cualquier punto del planeta, han eludido las distancias y han llegado hasta nuestros hogares gracias al Internet. La cultura fue vital para sobrellevar el encierro. En Bolivia, en 2020, mantener el Ministerio de Culturas, fue considerado un gasto absurdo. Deseamos que, en 2021, se invierta más en la cultura y las instancias que se encargan de ella. Es vital apoyar e incentivar el trabajo de artistas y gestores culturales.
9) En 2020, niños y jóvenes dejaron de estudiar porque simplemente se clausuró el año escolar. Deseamos que en 2021 la educación sea una prioridad auténtica que merezca la inversión, y se hagan los mayores esfuerzos por mejorarla.
10) Ya casi finalizando, en 2020 se desnudaron acciones políticas, abusivas y verticales en el MAS, rumbo a las elecciones subnacionales. Sin embargo, han surgido alternativas independientes que pueden trazar un proyecto político distinto. Deseamos que candidaturas como las del Mallku, Eva Copa, Franclin Gutiérrez sean la renovación de opciones políticas indígena-populares, que abran camino y la posibilidad de construir proyectos honestos, antimachistas y apegados a las necesidades de la gente.
11) En Cochabamba, una de las ciudades más contaminadas de América Latina, con escasa cobertura arbórea, las construcciones municipales y de todo tipo se han ensañado con los árboles. Este 2020, el proyecto de construcción de un distribuidor vehicular supone la tala de árboles, lo que implica la alteración de ecosistemas, disminuir la calidad de aire y de vida. Deseamos que, en 2021, se salven los más de 40 árboles de la avenida Melchor Urquidi y alrededores, y que la ardua tarea de un colectivo que los protege no sea en vano.
12) El decimosegundo deseo lo dejo a cada quien para comer la última uva pidiendo aquello que más anhela para nuestro país.
A pesar de todo, debemos agradecer por la vida, por un año más y a cada lector y lectora le hago llegar mis mejores deseos para que el 2021 les brinde aquello que más quieren o les hace falta.
La autora es socióloga y antropóloga
Columnas de GABRIELA CANEDO VÁSQUEZ