Reasumir: la familia en la educación actual
La gestión escolar 2021 será muy distinta de todas las demás, no solo por las modalidades que se asumirán según plantea el Ministerio de Educación, sino por el rol particular que debemos reasumir como padres de familia en el acompañamiento de la educación de nuestros hijos.
Ya es de conocimiento de la población boliviana que el Ministro de Educación, Adrián Quelca, confirmó que se aplicarán tres modalidades para las clases: presencial, semipresencial y a distancia; sin embargo, adelantó que, por el momento, en las capitales de departamento y ciudades intermedias del país, por el alto índice de contagio, las clases serán a distancia a partir de la plataforma educativa que estará disponible para las unidades educativas fiscales y de convenio. Sólo en zonas rurales, donde no existan casos positivos de Covid, se aplicará la modalidad presencial.
Todo este panorama es distinto al que hemos vivido la gestión 2020 con la clausura escolar, y es también diferente a todos los anteriores. Una educación a distancia, en una gran mayoría de las unidades educativas del país, nos da la “seguridad” de que nuestros hijos no se contagiarán de Covid, pero, por otro lado, abre el camino a asumir, como padres de familia, mayor responsabilidad y nuevos roles en la educación y formación de nuestros hijos.
Si bien por su parte los maestros van a cumplir con sus obligaciones, en base a las garantías y posibilidades que el mismo Ministerio de Educación brinde, el acompañamiento que realicen a los estudiantes ya no será como en tiempos de “normalidad”, sino muy distinta, distanciada y sin la proximidad necesaria para una educación integral y de calidad.
En base a esa realidad, con seguridad nacerá, sino es en todos los hogares, pero por lo menos en una gran mayoría, la necesidad y la responsabilidad de reasumir un rol preponderante en la educación de los hijos. Apoyar, orientar, acompañar, guiar, ayudar y controlar son las responsabilidades que vamos a cumplir los padres de familia, con mayor énfasis ahora, con el anhelo de ver un día a nuestros hijos como grandes profesionales y personas de bien en la sociedad.
Si bien hasta antes de ésta pandemia vivíamos habituados a un sistema de vida donde roles y responsabilidades estaban estructurados en un sistema de vida distinta a la que vivimos actualmente, es tiempo de revalorizar vivencias ancestrales donde la familia y la educación eran inseparables; donde la madre y el padre de familia priorizaban ante todo la formación y la educación de los hijos. De hecho, no será tan fácil, porque la forma de vida actual es distinta a la del pasado, pero hay una responsabilidad mayor que son los hijos y su educación, en consecuencia, es posible.
Es hora de reasumir nuestro rol fundamental como padres en la educación de nuestros hijos. Es tiempo de la familia, es tiempo de establecer esa comunicación y diálogo intrafamiliar que tanta falta nos hace. Nuestros hijos necesitan de nosotros por más que no lo digan, quizás consumidos por las malas amistades, por las redes sociales, por la tecnología.
Afrontemos esta nueva gestión educativa con positivismo, sabiendo que vamos a ganar como familia, como sociedad, como humanidad. El hogar siempre fue y será la primera escuela y la más importante, y el rol de la madre y del padre de familia, aquel que nutre con mayor profundidad la mente de conocimientos y el corazón de sentimientos de los hijos.
El autor es maestro de comunicación y lenguajes, originario y castellano, en secundaria
Columnas de WILSON JALDÍN ALANES