El ejemplo colombiano en la crisis de los migrantes venezolanos
Venezuela es el país que posee las reservas más grandes de petróleo en el mundo y atraviesa una crisis económica, política y social. La llegada de la Covid-19 agravó el estado económico y empeoró los servicios sociales. Esto empujó a muchos venezolanos a abandonar su país en la migración más grande que ha tenido el continente latinoamericano y convirtiéndose en una crisis humanitaria.
Los niveles de corrupción y la mala administración del Gobierno de Nicolás Maduro han causado muchas protestas, que han sido reprimidas por las fuerzas gubernamentales. Los economistas han calificado el colapso económico que sufre Venezuela como el peor en muchas décadas. Es difícil para los venezolanos encontrar suficiente comida, productos básicos, medicinas, gasolina. Esas carencias, sumadas a la frustración de no poder cambiar la situación política de su país ha provocado el éxodo de millones de venezolanos.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), entre 2016 y 2019 hubo 4,6 millones de refugiados venezolanos dispersos por el mundo, actualmente ese número se incrementó a 5,4 millones y se prevé que llegue a seis millones al final del año 2021. Hombres, mujeres, y niños cruzando fronteras para encontrar mejor calidad de vida del que su propio país les puede ofrecer.
La comunidad internacional, en especial los países vecinos de Venezuela han recibido a los venezolanos migrantes como acto de solidaridad. Sin embargo, como consecuencia de la pandemia de Covid-19, que ha estrangulado las economías, no se dispone de fondos ni de servicios suficientes para los nacionales de cada país y la migración de venezolanos aumento la carga para los Estados que los recibieron. La mayoría de los refugiados se encuentran en Latinoamérica y en el Caribe, donde la pandemia ha impactado gravemente.
Muchos de los países anfitriones se han sentido abrumados con el flujo de venezolanos y se ha generado una reacción negativa entre los nacionales. Esa xenofobia ha causado que muchos venezolanos decidan retornar a su país. Los retornos han sido dificultosos, ya que las personas que vuelven a Venezuela tienen que quedarse en centros de cuarentena carentes condiciones sanitarias adecuadas, agua, electricidad y suministros de higiene como jabón, según informes de la ONG Human Rights Watch.
Colombia se ha convertido en el país modelo en la ayuda que presta a los migrantes venezolanos en esta crisis humanitaria. Hace poco, el presidente colombiano, Iván Duque, anunció que su gobierno proveerá estatus legal temporario a más de 1,7 millones de ellos. Filippo Grandi, director general de Acnur, calificó ese gesto humanitario como el más importante en la región, pues permitirá que venezolanos refugiados en Colombia puedan acceder a un estatus regular para quedarse legalmente en el país por 10 años.
Lo ideal fuera que el Estado venezolano arregle sus problemas, pero la probabilidad de que esto ocurra con el Gobierno actual es casi imposible. Por ende, el futuro de los refugiados está en manos de los países anfitriones. Colombia acoge a casi un millón de venezolanos, personas de las que, según el presidente Duque, su gobierno no conoce sus nombres, dónde viven ni su situación socieconómica para poder ayudarlos. La legalización temporal ayudará a resolver este problema.
Encarar los problemas humanitarios que provoca esta migración masiva requiere de ayuda internacional para apoyar a países latinoamericanos que los acogen, como Colombia, para aliviar el peso económico que representan. El presidente colombiano solicitó más ayuda internacional para enfrentar la crisis humanitaria. Varias organizaciones internacionales consideran que esos esfuerzos están subfinanciados y necesitan mayor apoyo económico.
En 2020, el Gobierno colombiano anunció un esfuerzo para atraer 11,5 mil millones de inversión extranjera con el propósito de generar fuentes de trabajo. Esas inversiones ayudarán a aliviar el impacto económico que ha causado la Covid-19 y la migración de venezolanos. Las iniciativas de Colombia en la asistencia a los migrantes de Venezuela no son imitadas por los otros países de la región que enfrentan similares problemas.
Según el Centro de Estudios de Migración de Nueva York, la situación de Venezuela ha causado que mucha de su fuerza laboral profesional se fuera del país. Colombia, al igual que otros países de la región, podrían beneficiarse de ese personal calificado, pero la contracción económica mundial implica la reducción de puestos de empleo de todo tipo.
La migración de refugiados venezolanos se ha convertido en la segunda más grande en el mundo después de la de Siria. Sin embargo, si continúa creciendo, puede llegar a ser la mayor crisis de refugiados del mundo, según estimaciones de la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados. La comunidad internacional, organizaciones internacionales, donadores privados, y empresas privadas pueden ayudar a aliviar el peso económico y social que los países de Latinoamérica están enfrentando para ayudar a los venezolanos refugiados y ofrecerles una mejor calidad de vida.
La autora es politóloga diplomada en asuntos globales
Columnas de GENESIS ROMÁN MELGAR