Vacunas anti Covid: lo que el Gobierno calla
La llegada, ayer, de medio millón de dosis de vacunas contra la Covid-19, desde China, ha dado un nuevo impulso a la utilización gubernamental de ese tema con fines de propaganda y de campaña electoral.
Pero no solo eso, sino que el discurso oficialista acerca de esas vacunas, de las rusas que llegaron al país a principios de este mes y de las que llegarán de otros países en los próximos días, semanas y meses, omite que la aplicación de esas sustancias no significa el inmediato freno a la pandemia y el fin del riesgo de contagiarse, enfermar y, en muchos casos, fallecer en condiciones penosas.
En efecto, la recuperación del tema de las vacunas anti Covid atribuyendo un tinte de hazaña a las gestiones que realiza el Gobierno para su adquisición comenzó hace un par de meses y se intensificó a medida que pasaron los días y hoy es parte de la campaña electoral del MAS, a la que el Gobierno apoya sin reparos ni escrúpulos, como se evidenció, por ejemplo, ayer, cuando el Jefe de Estado presidió, en Santa Cruz, el acto de recepción de las vacunas que llegaron de China y lo hizo acompañado de los candidatos cruceños de su partido.
Ayer, un tuit del Presidente proclamaba que “En apenas tres meses de gobierno, garantizamos la vacunación gratuita para todas y todos los bolivianos”. Poner a disposición de los bolivianos el único recurso biológico que podría detener la expansión de la pandemia de Covid-19 es simplemente una más –en este caso, una vital– de las responsabilidades del Gobierno, es su deber. Mencionar de manera recurrente que están cumpliendo su deber no contribuye a la eficiencia de su trabajo.
Y más allá de la incalificable utilización de las vacunas que pueden evitar que el coronavirus continúe propagándose en el país, existe también una omisión, que no puede ser casual acerca de los reales alcances de la inmunización colectiva en la lucha contra la pandemia.
Ninguna autoridad del Gobierno ha mencionado que, a escala planetaria, “todavía se desconoce cuánto dura la inmunidad que ofrecen las vacunas o si las nuevas variantes del virus que emergen por el mundo se volverán resistentes y las dejarán inutilizables”, como señala un reportaje publicado hace unas semanas por la BBC.
Tampoco se menciona que pasarán muchos meses antes de que “el 70% de la población esté vacunada y podamos empezar a hablar de inmunidad de rebaño, el salto cualitativo que impedirá al virus propagarse”, como constata El País de Madrid en un reportaje sobre Israel, el país más adelantado en la vacunación de sus habitantes.
Al ritmo con el que se inoculó la primera dosis de la vacuna rusa a parte del personal de salud, la vacunación de 7,2 millones de bolivianos, la meta que se fijó el Gobierno, llevaría 18,5 años.